Lo que impedía a Marruecos plantear la reivindicación de Ceuta con medidas enérgicas, era el conflicto del Sahara porque no podía abrir dos frentes al mismo tiempo. Sin embargo, cuando el Polisario está en crisis, Sánchez y Macron han capitulado en el tema y Trump está próximo a tomar posesión en Estados Unidos, la situación está cambiando a marchas forzadas. Quizás por eso, el vecino del sur no cumple su compromiso de la Aduana Comercial con Ceuta y Melilla, mientras sigue recibiendo continuas ayudas sobre todo del gobierno español, cuando la supuesta inocencia que se está demostrando es preocupante.
Lo último ha sido la constitución de un Comité de para la liberación de Ceuta y Melilla en el que se han integrado según La Razón casi un centenar de asociaciones marroquíes. En España parece existir un lobby que apoya en la sombra la misma finalidad. Pero es que además están colaborando pasivamente, casi sin saberlo, los que no hacen nada cuando Marruecos interviene activamente como en el túnel del Estrecho; los que permiten la invasión pacífica sin poner en marcha urgente y al cien por cien, un Plan Integral de Seguridad para Ceuta con ampliación de los espigones de Tarajal o Benzú, preparando a las fuerzas de orden público e incluso al Ejército para afrontar avalanchas en vez de agresiones declaradas; los que no relanzan el desarrollo económico de Ceuta en turismo, puerto, régimen fiscal y aduanero; los que no aplican una estrategia diplomática diferente para adaptarse en este tema a la marroquí; los que no reivindican en Bruselas y Madrid la integración de Ceuta en la Unión Aduanera, en la Política de Pesca Común y desde luego en la Alianza Atlántica (OTAN); los que permiten incumplimientos de lo pactado con Marruecos en temas tan importantes como la apertura de las Aduanas Comerciales en Ceuta y Melilla; los que no ponen como prioritario en la política del gobierno la visita de los Reyes a Ceuta e incluso retrasa la audiencia ya concedida en Madrid a una confederación de esta ciudad y tantos asuntos e inactividades españolas que facilitan el camino a Marruecos.
Mientras, nuestro citado vecino del sur moderniza carreteras y trenes en el norte, promueve inversiones turísticas masivas en esa zona, desarrolla los puertos comerciales y turísticos de Tangermed y Tánger City con zonas francas ofrecidas a los ceutíes, todo como una demostración de futuro a las cuatro culturas residentes en Ceuta. Y aquí algunos se muestran satisfechos con las bienvenidas inversiones tan volátiles como el juego o iniciativas turísticas lastradas por el precio del transporte marítimo y solo reacciona mediante subvenciones, mientras el puerto de Ceuta está plegado sobre si mismo. Algo similar ocurre en el caso de Melilla.