No nació de la noche a la mañana. La ‘leyenda negra’ que circula sobre España y otros territorios se ha configurado a lo largo de los siglos y aún permanece en el presente. Esta es al menos la perspectiva de Elvira Roca, ensayista y escritora, que viaja este jueves hasta Ceuta para exponer los puntos claves sobre esta imagen desfavorable en una conferencia a las 18:00 horas en el salón de actos de la UNED.
A modo de resumen, ¿en qué consiste esta premisa? ¿Cómo la definiría?
Está asociada a la historia de España y a una serie de prejuicios o visiones extraordinariamente negativas y que de ninguna manera tienen una justificación. Son resultado de un proceso complicado. Todos los hombres hegemónicos han tenido muchos enemigos y esos enemigos se han ocupado de afectar a su reputación de una manera nada propicia.
Es una idea algo abstracta. ¿Podría ilustrarlo con algún hecho concreto?
Un ejemplo es esa idea recurrente de que la gente que vive en la frontera es especialmente belicosa, guerrera o agresiva cuando, en realidad, en líneas generales, se encuentra otra cara de la moneda, que es que esas personas también suelen ser muy flexibles y suelen tener cierta capacidad para relacionarse con otros que son muy distintos de ellos. Han aprendido a lo largo del tiempo por generaciones a tratar con quienes no se les parecen en nada.
"La lucha de poder siempre ha existido. El problema es cuando alguien cree que es cierto que unos son buenos y otros malos"
¿Cómo se inicia esta leyenda negra? ¿Se fabrica a base de rumores o literatura?
Se fragua a lo largo de muchísimo tiempo. La de España no se verifica en un par de lustros. Se comenzó a identificar en la publicación de un autor llamado Sverker Arnoldsson sobre la de Italia. Ahí ya se puede ver cuáles son sus características esenciales. Están relacionadas con la expansión del reino de Aragón. Ya manifestó estos rasgos en el siglo XV. ¿Y cuáles son? Según los humanistas de ese país, los españoles, a grosso modo, aunque todavía existían tres reinos totalmente diferenciados, eran medio ‘judíos o moros’.
Por lo tanto, para ellos eran ‘malos cristianos’ al entender que tenían costumbres o hábitos fruto de su vínculo con quienes no son creyentes. Ahí fue cuando apareció en italiano el apelativo ‘marrani’ para referirse a los españoles. A partir de eso, el siguiente aporte que lo dieron las guerras de religión. Más tarde, en el período de la hegemonía, todas las potencias europeas que contienden contra la de los Habsburgo, desarrolla su propia campaña propagandística particular.
Cuando una gran monarquía católica e hispánica se viene abajo esa es la visión que se oficializa. Después de tanto, ya en el siglo XIX, cada uno, Francia, Alemania y el resto se había generado una perspectiva positiva de ellos mismo frente a un poder que tenía que ser negativo.
"La idea de que desde los míos son los mejores y los otros son los peores forma parte de la naturaleza humana"
Habla de ‘mal cristiano’ en alusión a creyentes de otras religiones. ¿Influye el choque cultural en este concepto?
Es una lucha por el poder, como una ‘liga de naciones’. Eso siempre ha existido. El problema es cuando alguien cree que es cierto que unos son buenos y los otros malos. Cuando se llegó a ese punto, fue un momento crítico en el que en España se absorbió la leyenda negra como si todo lo que se contara sobre los españoles fuese verdadero. Es decir, ¿cómo se protegieron los italianos? con esta medida.
Italia estaba dividida. Estaba Milán. Los reinos del sur, Nápoles y las dos Sicilias estaban controladas por la monarquía aragonesa. ¿Cómo defendieron su posición los genoveses frente a ellos en esa competición? Hay toda una literatura de humanistas italianos en la que ellos se autoproclamaban como reales descendientes de los romanos. Se describían como una estirpe noble que era la ‘auténticamente buena’ y la ‘cristiana verdadera’ ante esos españoles que acababan de aterrizar en el sitio y que tenían un pasado que no poseen otros europeos.
"La leyenda negra afecta al país. Tiene 17 estatutos de autonomía. Cada uno considera que su región es un lugar maravilloso machacado por España"
Salvando las distancias, recuerda un poco al concepto de la raza aria en el fascismo alemán. ¿Ve parecido?
La idea de que desde los míos son los mejores y los otros son los peores forma parte de la naturaleza humana. Y, por lo tanto, ¿por qué lo son? Se pueden buscar muchísimos motivos a eso. Los tebanos sabían que ellos eran hijos de la tierra, habían nacido de ella. Los demás vendrían de aquí para allá, pero su motivo es que habían salido directamente de ahí. Cada uno amuebla su superioridad de alguna manera. Es una cuestión universal que existe en todas partes.
Lo que usted menciona tiene una vertiente que ya es diferente. El racismo en Occidente, desde el siglo XIX, se transformó en una idea científica. Hasta entonces, esto era un asunto de mitos, religión y leyendas que se contaban a sí mismos para decir que eran estupendos. Eso era más o menos idéntico en cualquier continente. Lo que singulariza a Occidente es que desde la última parte del siglo XIX y buen tramo del siglo XX, cuando llegó la tremenda catástrofe de la Segunda Guerra Mundial, la idea del racismo era científica.
No se trata de creerse mejor por convicción. Si no de que se refugiaron en una base científica. Se dieron unas revelaciones terribles que terminaron desembocando en el horror que fue esta contienda de la historia, pero el racismo comenzó a manifestarse en el siglo XVIII. Siempre se ha querido considerar a la Ilustración como un periodo glorioso de racionalismo por lo que se le quitó esas adherencias racistas.
El resumen sobre la conferencia hace alusión a consecuencias actuales de la leyenda negra. ¿Cuáles son?
Nunca ha sido completamente desmentida. La hemos heredado por tradición. Se ha generado también otro argumento que todo lo que niega esa leyenda negra automáticamente pasa a ser considerada una rosa. No se sale de los colores.
Afecta a diferentes visiones. Se va reproduciendo en formas diferentes. Creo que no solo la padecen los españoles, si no todo el mundo hispano. Sucede en Estados Unidos cuando se rechaza a mexicanos y otros. Eso es considerarlos personas inferiores a las se puede tratar de cualquier forma. Es un proceso muy complejo.
"La segmentación política es siempre negativa. Los territorios cuanto más pequeños son se tornan más asfixiantes y transforman a autoridades en regímenes feudales"
¿Cuáles son las repercusiones en España?
Actualmente afecta mucho al país. Tiene 17 estatutos de autonomía cada uno de los cuales considera que su región es una cosa maravillosa y estupenda que ha vivido aplastada o machacada por España. La nación es vista como la enemiga. La suma de las 17 da como resultante un ‘horror’. Repercute porque el término que unifica y que es el link entre todos, está cargado de connotaciones negativas. Cada comunidad autónoma se ha encargado de elaborar un manual de agravios para decir lo mal que le ha ido. Todos los nacionalismos periféricos se asientan sobre esa idea básica. Ya sea el de Blas Infante o el de un catalán, sea del que sea.
A colación de lo que comenta, existen voces que piden que Ceuta sea una comunidad autónoma y no una ciudad. ¿Qué podría decir sobre eso?
No sé cómo se lleva aquí el debate local. Desde luego, desde mi criterio, soy totalmente contraria a todas las formas de fragmentación. Creo que somos muy pocos. El mundo va hacia unidades políticas muy grandes, cada vez más. La segmentación política, la balcanización es siempre negativa para los que la padecen. Los territorios cuanto más pequeños son, más contienen entre sí y más insignificantes se vuelven. Se tornan más asfixiantes, se generan redes clientelares de proximidad que transforman a autoridades en regímenes feudales. Creo que hay que ir políticamente siempre a la unidad más grande que se pueda.