Son las primeras declaraciones oficiales ofrecidas por el Gobierno de Marruecos después del intento masivo de entrada en Ceuta ocurrido el pasado domingo.
Unas declaraciones con las que se pone cifra, nada menos que 3.000. Esos son los jóvenes que quisieron cruzar a la ciudad siguiendo un llamamiento por internet. Se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Entre ellos había marroquíes, argelinos y subsaharianos, pero sobre todo niños.
El portavoz del Ejecutivo marroquí, Mustafá Baitas, ha ofrecido esas primeras cifras oficiales del intento de cruce masivo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, cuando elevó a 152 las personas detenidas y puestas a disposición de la justicia por incitar a la entrada masiva en la ciudad.
No hubo muertes
Baitas afirmó que las autoridades marroquíes frustraron todos los intentos de entrar en Ceuta y elogió "la gran profesionalidad de la gestión de las fuerzas públicas, con total respeto de las disposiciones legales", que se caracterizó, dijo, "por la mesura y el afán de velar ante todo por la seguridad de estas personas, ya que no se registraron muertes".
Se desmienten así los comentarios en redes sociales e incluso noticias difundidas en algunos medios de comunicación de que habían muerto agentes. No fue así.
"Desgraciadamente, partes desconocidas instigan a los jóvenes a través de las redes sociales para movilizarlos", dijo el portavoz tras lamentar lo sucedido, y añadió que la problemática migratoria "se repite en gran número de países".
Sobre las fotos publicadas y la investigación abierta
Los periodistas marroquíes le preguntaron por unas fotos publicadas en redes que muestran a detenidos semidesnudos junto a furgones de las autoridades marroquíes, a lo que el portavoz recordó que la Fiscalía marroquí ya comunicó que se abriría una investigación y añadió que son objeto por tanto de una investigación judicial.
Este intento de cruce masivo a Ceuta, convocado para el pasado domingo en redes sociales, concentró en la ciudad fronteriza de Fnideq (Castillejos) a centenares de jóvenes, la mayoría marroquíes, que protagonizaron varios intentos de saltar la valla fronteriza con Ceuta. Algunos también intentaron nadar hasta la ciudad española.
El amplio despliegue de seguridad de Marruecos evitó que llegaran a territorio español y se vivieron persecuciones y detenciones en calles y montes, con el posterior traslado de los jóvenes en autobuses a lugares alejados del norte marroquí.