Las obras en la nueva sede del Banco de Alimentos se encuentran paralizadas desde hace varios meses, una situación que ha generado gran preocupación en la ciudadanía y entre los responsables institucionales de Ceuta.
Este recinto, que debería haber sido inaugurado hace tiempo, continúa inacabado debido a un conflicto económico entre el Banco de Alimentos y la empresa constructora encargada del proyecto, ACC. La falta de avances visibles ha intensificado el malestar entre quienes esperaban con ilusión la apertura de una infraestructura esencial para el apoyo social en Ceuta.
Unos trabajos que están al 95%
Según ha podido saber este periódico, las obras están paralizadas hasta que se resuelva este delicado conflicto contractual. El problema radica en desacuerdos financieros que impiden continuar los trabajos restantes.
El Ejecutivo local ha confirmado que el avance de la obra alcanza ya el 95%, lo que significa que solo queda una pequeña parte para que el recinto esté completamente terminado, pero no se puede proceder hasta que las partes implicadas lleguen a un entendimiento que permita reactivar la construcción.
Desde el Gobierno aseguran que han aportado los fondos necesarios para que se lleve a cabo la ejecución, pero subrayan que la responsabilidad directa de la obra recae en el Banco de Alimentos.
Esto ha generado una compleja situación en la que la administración no tiene poder de intervención directa, al no ser la entidad contratante de ACC. La falta de respuesta tanto por parte de la organización como de la constructora está generando una notable sensación de estancamiento, mientras el tiempo sigue pasando sin una solución a la vista.
Los trabajos paralizados sin terminar la parte interior del edificio
Actualmente, los trabajos están completamente detenidos y aún queda por hacer en el interior del edificio. Esto incluye la instalación del mobiliario y la adecuación de los espacios interiores, imprescindibles para que la sede comience a funcionar. Aunque desde fuera puede parecer que la construcción está lista, en realidad faltan detalles importantes para su operatividad, lo que impide que se ponga en marcha el servicio tan esperado por muchas familias ceutíes.
Esta infraestructura es considerada clave para mejorar la atención a las personas más desfavorecidas de la ciudad. Se trata de un proyecto social de gran relevancia, pues permitirá almacenar y distribuir alimentos de forma más eficiente, beneficiando a cientos de familias que dependen del Banco de Alimentos para cubrir sus necesidades básicas. La paralización prolongada de las obras no solo retrasa su uso, sino que también limita la capacidad actual de ayuda que se podría estar prestando desde este nuevo espacio.
Preocupación por la situación
El Gobierno local ha expresado su preocupación porque esta obra forma parte de un conjunto de actuaciones prioritarias de la anterior legislatura. Su finalización permitiría cerrar uno de los grandes compromisos adquiridos, junto a otros proyectos como la remodelación de Plaza Nicaragua o las mejoras en la barriada del Polígono Virgen de África. Es por ello que su conclusión no solo tiene un valor práctico, sino también simbólico para la administración.
Durante meses, los trabajos se desarrollaron a buen ritmo en una primera fase centrada en la estructura principal. Esta fase incluyó la construcción de la nave principal, asegurando con firmeza los cuatro laterales del edificio. Se emplearon materiales especiales traídos desde la Península, transportados en grandes láminas que requirieron una instalación precisa y cuidadosa. Esta parte del proceso permitió visualizar ya la magnitud del edificio, incluso antes de comenzar con los trabajos internos.
Lo que se espera de las obras
La nave construida por ACC tendrá una superficie de 1.500 m² y capacidad para almacenar hasta 1.200 m³ de alimentos. También incluirá oficinas y otros espacios administrativos, lo que posibilitará centralizar todas las dependencias del Banco de Alimentos en Ceuta bajo un mismo techo. Esto no solo mejorará la eficiencia operativa, sino que también reducirá costes y facilitará la coordinación interna de la entidad.
Además, se ha proyectado con criterios de sostenibilidad gracias a la instalación de placas fotovoltaicas en el tejado. Esto permitirá un ahorro energético del 26,7%, haciendo del edificio un ejemplo de eficiencia energética dentro del ámbito social. Se trata, en definitiva, de una obra de gran impacto social y ambiental, cuya finalización resulta urgente y prioritaria para la ciudad.