Con normalidad y sin altercados se reanudó el comercio atípico después de casi una semana de suspensión extraordinaria. Tras días de tensión entre la Delegación del Gobierno y los empresarios, finalmente se ha renegociado la situación ante la necesidad de retomar la actividad. Con ello regresaba la seguridad privada de la Fase II y el requisito que le acompaña, la apertura de la Puerta Norte.
Alrededor de un millar de mujeres cruzaron en la mañana del lunes el paso. Un acceso que se hizo de forma gradual con grupos de unas doscientas. Muchas de ellas habían permanecido a la espera desde la jornada anterior y, sin embargo, el apremio por acceder no tuvo su reflejo en el regreso. Sentadas, en reunión y a la espera. Era la estampa que predominaba en unos polígonos donde se esperaba una actividad incesante después de días parada. Sin carro muchas de ellas, se negaban a retornar por el ‘Tarajal II’, su intención era salir por la frontera con el bulto chino. “El dinero”, decían. El precio al alza por el producto tóxico generó la parálisis en el porteo que se desarrolló con ‘cuentagotas’ y de forma muy dilatada entre unas y otras. A ello se le unió el miedo a los decomisos que, supuestamente, se produjeron en las primeras horas de la mañana en la parte del país vecino, la escasez de mercancía en algunas naves y las quejas por el bajo precio del bulto, que se cifró en 20 euros.
La mayoría se negó a salir por el paso transfronterizo, esperó al momento ‘idóneo’ para hacerlo por el Tarajal I. Algunas lo intentaron durante la jornada matutina, aunque una gran mayoría emprendió la vuelta con la apertura de la Puerta Norte, a partir de las 15.00 horas. Lo hacían con el desconocimiento sobre las nuevas condiciones estipuladas por la Delegación del Gobierno: salida en régimen de viajeros (máximo dos bolsas o un carrito de la compra) y tras pasar un control fiscal de la Guardia Civil. Una medida que, pese al malestar que causó, no provocó un cambio en su decisión.
Por su parte, los empresarios se reafirman en que por la Puerta Norte siempre pasaron mercancías que se ajustan al régimen de viajeros, es decir, al por menor. El presidente de la II Fase, Bilal Dadi, garantiza que, “por ahí no pasa ni un bulto, esa puerta no está hecha para portear”. Así las personas que se apean del autobús en la rotonda del Tarajal pueden realizar sus compras en las naves, salir con ellas y dirigirse a Marruecos. En cuanto a la lucha contra el bulto que defrauda a las autoridades tributarias, Dadi responsabilizó a la Ciudad Autónoma e instó al Ejecutivo local a “cerrar el puerto y a prohibir la importación de esa mercancía tóxica”.