La ciudad de El Yadida llora la ausencia de Yusef. Los medios de comunicación locales dan por hecho que el joven hallado muerto el pasado fin de semana en Ceuta, en la playa de la Ribera, es él.
Su amigo Abdulá, que se encuentra en el centro de La Esperanza y emprendió ruta a su lado hasta perderlo a la altura de Fuente Caballos, lo cree también después de haber acudido este lunes a las dependencias de la Guardia Civil.
Una imagen tomada en Marruecos antes de que se echara al mar para cruzar a nado por el espigón del Tarajal muestra a Yusef feliz, con los brazos abiertos y vistiendo un traje de neopreno de los mismos colores y marca que portaba el fallecido.
Pero todo esto son indicios, solo eso. El estado en que fue encontrado el cuerpo imposibilita que la Guardia Civil haya realizado hasta el momento una identificación oficial que tenga su respaldo judicial, que es lo que verdaderamente importa y lo que debe tenerse en cuenta.
Yusef presentaba una cicatriz en su rostro inapreciable tras el análisis forense. El tiempo que el cuerpo hallado en la Ribera ha permanecido en el mar unido a la falta de documentación son trabas que complican una identificación visual o rápida para arrojar luz sobre este caso.
La familia del joven Yusef solo aspira a salir de esta inquietud, a confirmar si esos indicios de peso terminan sustentando una tesis fundamentada o no. La agonía de no tener datos oficiales convierte esta travesía en una tortura.
Las investigaciones siguen su curso porque en Policía Judicial y en el Laboratorio de Criminalística intentan dar con las identidades de todos los cuerpos hallados sin vida en las costas de Ceuta. Es clave presentar denuncia y obtener muestras de ADN sobre todo de la madre para poder avanzar en las mismas.
En ocasiones esa identificación llega años después, pero llega, que en el fondo es lo que importa para la tranquilidad de las familias. Sobre esta última tragedia de la inmigración el caso sigue abierto, sospechas hay muchas, pero falta alcanzar la verificación, los datos objetivos, lo que se puede constatar para fijar la identidad.