Trabajaba para dos grupos de narcos, pero también prestaba servicios a otras personas que, de forma individual, se dedicaban a forrar sus coches de hachís para pasarlos de Ceuta a la Península.
La Fiscalía cree que el guardia civil detenido en la Operación ATAM-Macetero, que se enfrenta a 8 años y medio de cárcel además de 20 de inhabilitación, estuvo detrás de hasta ocho embarques distintos de droga.
Esa mercancía pudo pasar el filtro de la Benemérita en el puerto porque las organizaciones o personas individuales que habían preparado los coches para ocultar la droga contaban con su connivencia.
La totalidad del hachís que el agente de la Guardia Civil permitió pasar por el control de embarque de vehículos como consecuencia de su colaboración con los grupos y personas dedicadas al narcotráfico asciende a más de 577 kilos, cuyo valor en el mercado se estima en 1.080.392,57 euros.
Los pases agenciados con una de las organizaciones
Con una primera organización criminal bien estructurada, el agente J.F. habría agenciado tres pases distintos de hachís: un total de 208 kilos.
Se vendía, considera la Fiscalía, a cambio de no ejercer su obligada labor de control, es decir, mirando para otro lado.
El 1 de febrero de 2024 dejó que un vehículo Seat Cupra cargado con 80 kilos de hachís pasara sin problemas el control de la Guardia Civil. La Policía detuvo al conductor cuando esperaba para embarcar en el filtro del CNP. El hachís estaba en el maletero, a la vista de cualquiera que solo hiciera el gesto de abrirlo.
El 11 de julio de ese mismo año, la Policía intercepta en Algeciras un Opel Corsa recién desembarcado de Ceuta con 76 kilos escondidos. Se le había controlado la ruta, el conductor no encontró ningún obstáculo.
El 23 de octubre de ese mismo año, la Policía detiene un Seat Ibiza con 54 kilos de hachís.
Todos estos coches habían sido preparados por una sola organización, que contaba con su propio cabecilla además de enlaces para vigilar, prestar seguro de vehículo o cargar la mercancía.
Segunda organización

El Ministerio Público mantiene también que el componente del Instituto Armado tenía tratos con otro grupo de narcos distinto, a los que ofrecía sus servicios en distintos días. Con esa banda pudo agendar el pase de 156 kilos de hachís.
El 21 de abril de 2024, fueron detenidas dos mujeres con 80 kilos de hachís. Poco después, el 29 de junio, logra llegar a Algeciras el conductor de un Seat León con 76 kilos de esta droga.
Esos dos embarques son atribuidos a esa misma red controlada también por su propio cabecilla y colaboradores.
Negocios con personas individuales y uno desconocido
Al margen de todo esto, la Fiscalía considera que el agente también trató con una persona de manera individual el pase de 27 kilos de hachís, que fue frustrado el 21 de junio de 2024.
Con otro individuo que no ha podido ser identificado facilitaría el embarque de un Mercedes cargado con 45 kilos de hachís e interceptado el 10 de diciembre de 2024.
Pero quedaba otro servicio, uno de los más escandalosos, al permitir el paso de 4 personas embarcando con coches Audi que tenían las ruedas cargadas de hachís. Aquello se produjo el 18 de enero de 2025. Solo semanas después se procedió al arresto de los implicados.
Operación conjunta entre Policía y Guardia Civil

Las dos fuerzas de seguridad del Estado trabajaron en el desarrollo de la ‘ATAM-Macetero’, cuya piedra angular era un agente de la Benemérita que trabajaba, o mejor dicho, prestaba sus servicios a distintas organizaciones.
Garantizaba el pase de la sustancia estupefaciente a cambio de contraprestaciones económicas, sirviéndose para ello de su puesto de trabajo y dejando de realizar el servicio que tenía encomendado de verificación e inspección de los vehículos, permitiendo el paso de los vehículos utilizados por las organizaciones criminales para el transporte de la droga.
A ojos de la Fiscalía, el comportamiento del agente fue “reiterado y sostenido en el tiempo”.
Destinado en la Compañía Fiscal desde septiembre de 2015, conocía perfectamente el funcionamiento, horarios y controles que se cumplen en la estación marítima, así como la manera de realizar esas actividades sin levantar sospechas del resto de compañeros de la unidad que sí cumplían con la ley.






