“Hola mamá, mi teléfono está roto. Este es mi nuevo número, envía un mensaje cuando puedas, necesito ayuda”. Ese fue el contenido del SMS que recibió la víctima de una estafa. A ese llamamiento le acompañaba la petición de que le ingresara dinero. Una madre apurada por su hija cayó en la trampa y le quitaron 850 euros. Ahora el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta determinará la pena que impone a los dos acusados por la comisión de este delito.
El varón, llamado L.C.G., quien figura en varios procedimientos por estafa, ni siquiera se presentó a la vista oral. Ella, identificada como J.M.R., sí lo hizo, y además para reconocer los hechos después de haber ingresado el dinero estafado como muestra inequívoca de la reparación del daño.
La víctima de este suceso declaró a través de videoconferencia. Una señora mayor que explicó que pensaba que aquel mensaje era enviado por alguno de sus 5 hijos, una hija en apuros a la que atendió ingresándole el dinero que le pedía.
Hizo esa transferencia, pero luego vio que le seguían llegando mensajes reclamando más ingresos, lo que le alertó de que todo fuera una trampa. Al contactar con su hija se dio cuenta de que le habían estafado y denunció.
Espera que se haga justicia, aunque le queda el temor de volver a ser engañada toda vez que hizo saber a su señoría que sigue recibiendo llamadas y mensajes de números que no conoce. Es una potencial víctima de toda esta maraña de engaños que cada vez va a más hasta el punto de convertirse en uno de los graves problemas delincuenciales en este país.
Ella reconoce los hechos
La acusada J.M.R. reconoció su implicación en el delito, y cómo el otro acusado utilizaba su cuenta para recibir transferencias. Ella le acompañaba al cajero para sacar ese montante económico obtenido de manera ilegal.
Tras la presentación de la denuncia, la Policía Nacional abrió una investigación dando con los dos implicados. Se les grabó yendo al cajero de donde sacaban las distintas cantidades estafadas.
El modus operandi era el siguiente: se estafa un dinero mediante esos mensajes y se saca en cajeros al momento.
Penas distintas para cada acusado
El juicio quedó visto para sentencia, aunque Fiscalía solicita penas diferentes. Para ella aplica una atenuante muy cualificada de reparación del daño por lo que pide una pena de 3 meses de prisión que quedaría suspendida durante un periodo de 2 años. Su Defensa la aceptó.
Para él solicita 2 años de cárcel por estafa y, de manera alternativa, por delito de blanqueo de capitales por imprudencia grave, una pena de 2 años de cárcel y multa de 1.500 euros.
La Defensa de este solicitó su absolución ante la falta de prueba, pero, de manera subsidiaria, de ser condenado, pidió que se le impusieran 6 meses de cárcel.
A la espera de sentencia
El caso quedó visto para sentencia después de que se pudiera celebrar la vista en ausencia de uno de los acusados ya que la pena solicitada era menor de 2 años de cárcel.
Este juicio se enmarca en los cuantiosos que están llegando a los tribunales de toda España por estafas en las que se juega con la figura de un hijo que se encuentra en apuros y pide a su progenitor o progenitora que le envíe dinero.
En casos como este era porque tenía el teléfono roto y necesitaba ayuda para adquirir otro móvil.
Juegan con los sentimientos y emociones de padres que se creen que sus hijos están pasando por alguna urgencia y no dudan en enviarles dinero. Esconden una trampa, una estafa. La Policía ha alertado de las mismas, incluso de las modalidades que surgen como el caso de la asociada al reciente apagón.