La Memoria de la Fiscalía de Andalucía, Ceuta y Melilla vuelve a hacer hincapié en los peligros derivados del incremento de las actividades asociadas al narcotráfico. No centra únicamente el foco de atención en el fenómeno de las narcolanchas, sino también en la actividad del petaqueo.
El documento, presentado esta misma semana, habla claramente del “panorama desolador y muy peligroso”, por lo que urge “una acción contundente” por parte del Estado para evitar el incremento del narcotráfico y los peligros derivados del mismo.
Aumento del poder de corrupción, ajustes de cuentas, robos de droga, violencia contra las fuerzas de seguridad, uso de armas o aumento de la oferta, rebaja de precios y mayor capacidad para la afectación a la salud pública de la población son algunos de ellos.
La Fiscalía insiste en una clave: “Hay que aumentar las investigaciones centradas en el blanqueo de capitales”. Es fundamental porque solo así se hace un daño real y efectivo a las organizaciones criminales, solo así se puede ir acorralando a los narcos.
“Intervenir alijos no es tan importante como poder desarticularlas, con sus jefes, pues de lo contrario captan nuevos miembros y siguen con sus negocios. Está claro que solo interviniendo droga no se acaba con este fenómeno”.
Las mismas peticiones que otros años para hacer daño a los narcos
¿Qué hace falta? La Fiscalía vuelve a pedir lo mismo que otros años, sencillamente porque sus llamamientos no han sido atendidos.
“No se han obtenido las respuestas que permitan mejorar situaciones que impiden obtener la finalidad esperada en el ámbito del derecho penal: incrementar los medios para ampliar las investigaciones por blanqueo de capitales”, expone.
Pero también reforzar las plantillas en las fiscalías para lograr secciones antidroga que permitan lidiar con la carga de trabajo que soportan los fiscales que las integran.

Y una clave más harto necesaria: una reforma penal con la inclusión del transporte de gasolina como delito, el famoso petaqueo. “Insistimos en la necesidad de dar una respuesta penal a varias conductas relacionadas con el narcotráfico que plantean enormes dificultades”, advierte la Fiscalía.
Ahí se encuadra el transporte, tenencia y almacenamiento de petacas de gasolina sin ninguna medida de seguridad. Combustible que servirá para abastecer las narcolanchas.
“La imposibilidad de relacionarlo cuando es aprehendido con una operación de narcotráfico concreta dificulta sancionar la conducta por vía penal, pese a su gravedad, por lo que sería conveniente una tipificación expresa”, recoge el órgano judicial.
Mensajes encriptados y narcolanchas acumuladas en depósitos
El empleo de tecnologías de comunicación encriptadas que impiden su interceptación en el marco de procedimientos judiciales requieren de una respuesta procesal ambiciosa.
A esto se suma la obligada reforma para incluir la destrucción administrativa de las embarcaciones de alta velocidad y sus motores, consideradas género prohibido, una vez se ha realizado la valoración e informes técnicos correspondientes, evitando la saturación de los depósitos y el riesgo de sustracción de las mismas.
La tardanza en obtener autorizaciones judiciales de destrucción lleva a una saturación.
La espiral de violencia en los narcos
La violencia de los implicados en pases de droga se ha materializado en varios accidentes con fallecidos o en episodios gravísimos como el asesinato de dos guardias civiles en Barbate tras ser embestidos por una narcolancha.

“El panorama en Andalucía dista mucho de haber mejorado en 2024. El hachís sigue teniendo su entrada principal por vía marítima, habiéndose diversificado las descargas por todas las zonas de la costa de Andalucía, manteniéndose el uso de embarcaciones de alta velocidad, como principal vía de entrada de cantidades muy elevadas en cada alijo”, expone la Fiscalía.
“Persisten los graves problemas para interceptar este tipo de embarcaciones por parte de las fuerzas de seguridad, produciéndose situaciones de peligro para la vida y la integridad física, como consecuencia de persecuciones en el mar”, añade.

“Lamentablemente entre ellos se produjo el fallecimiento de dos funcionarios de la Guardia Civil que prestaban servicio en el puerto de Barbate la noche del 9 de febrero de 2024 y que fueron embestidos por una de ellas, resultando además otros 2 compañeros heridos, suceso que conmocionó a toda España”.
“Además, otros 5 ocupantes de estas embarcaciones han perdido la vida, durante 2024 y lo que va de 2025. Uno en Sanlúcar de Barrameda, otro en Barbate, otro en Cádiz, otro en Tarifa y el último recientemente en aguas internacionales, frente a Barbate”, se expone en la Memoria.
“Los tres primeros derivados de huidas y maniobras temerarias de los pilotos, que han dado como resultado la colisión con las patrulleras y otro como consecuencia de la embestida de una embarcación a otra. Se mantienen las situaciones de acometimiento y violencia contra miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad y el hallazgo de armas de guerra con mayor frecuencia”.
Medios cada vez más sofisticados y un petaqueo como negocio: 300 euros por garrafa
La Fiscalía llama la atención sobre los medios cada vez más sofisticados para la navegación, siendo ya habitual ver muchas embarcaciones con 4 motores de más de 400 Kv de potencia que necesitan elevadas cantidades de gasolina para navegar.
Es ahí donde cobra sentido el fenómeno del petaqueo, que ha aumentado de manera alarmante.
Hay organizaciones encargadas de la logística, dando pie a un negocio muy lucrativo llegándose a pagar hasta 300 euros por garrafa de 25 litros.
“Se están constituyendo verdaderas organizaciones que se encargan de esa infraestructura y del abastecimiento de víveres y cambio de pilotos”.
Las fuerzas de seguridad y los fiscales delegados avisan del preocupante número de litros de gasolina que transitan en furgonetas y vehículos por las carreteras y zonas urbanas y embarcaciones en puertos hasta llegar a su destino final con el consiguiente riesgo para la seguridad ciudadana que eso supone y con las dificultades para su gestión, una vez intervenidas.
Por la Fiscalía se entiende que esa conducta constituye un delito de tenencia de sustancias inflamables del art 568 CP, habiéndose emitido una nota de servicio en 2024, en la provincia de Cádiz, dirigida a establecer los requisitos en la tramitación de las causas que se inicien por esos tipos delictivos, que se están asumiendo por los fiscales de la Sección Antidroga.







Si de verdad quisieran que bajase el narcotráfico detendrían a Marlaska y a su jefe.