Sin descanso. La Guardia Civil lo tiene claro. Si las narcolanchas surcan el Estrecho para llevar el hachís de Marruecos a la Península, hay un soporte que las mantiene. Ese no es otro que el grupo de petaqueros que abastecen de víveres y combustible a los narcos. En Ceuta y Algeciras, los dos puntos calientes de lado a lado del Estrecho, hacen lo posible por combatir esa mafia.
Guardias civiles del Puesto Principal de Guadiaro, pertenecientes a la Comandancia de Algeciras, han detenido a cinco personas e investigado a otras seis, como integrantes de un grupo criminal encargado de distribuir combustible, material y avituallamiento a esas narcoembarcaciones relacionadas con el narcotráfico en el Estrecho.
La investigación comenzó el pasado mes de julio, una vez detectada una organización con base logística la localidad de San Martin del Tesorillo, dedicada a almacenar grandes cantidades de combustible y víveres para su suministro a narcolanchas en alta mar.
Los autores de los hechos transportaban el material almacenado por carretera sin cumplir las mínimas medidas de seguridad que requiere este tipo de mercancía y posteriormente a través del Río Guadiaro suministraba el combustible y los víveres a los tripulantes de narcolanchas.
Una larga investigación
El almacenamiento de sustancias inflamables suponía un alto riesgo para la integridad física y la seguridad de las personas residentes en la zona tanto en su fase de almacenamiento como en la de transporte.
Fruto de las numerosas gestiones de investigación practicadas por los agentes, han sido detenidas cinco personas y otras seis investigadas, todas ellas presuntamente implicadas en este tipo de actividades de favorecimiento del narcotráfico.
Además, han sido intervenidos 3.700 litros de combustible y tres embarcaciones con sus motores.

Golpe a todos los niveles
La Guardia Civil trabaja sin descanso, pero también se hace todo lo posible en los despachos para buscar normas que ayuden a vencer la batalla.
La propia Fiscalía ha reconocido el problema existente con la falta de regulación del petaqueo para poder imponer penas elevadas.
La balanza judicial ha dado también un giro radical después de la decisión adoptada este verano en un plenillo de magistrados de la Audiencia de Cádiz de la que depende también Ceuta y que fue celebrado a puerta cerrada.
Acordaron por mayoría y con voz favorable de la Sección VI en nuestra ciudad, considerar delito el petaqueo de gasolina con penas de hasta 8 años de prisión. Con el voto favorable de Algeciras, Ceuta, Jerez y parte de Cádiz, se consideró que era viable aplicar el artículo 568 del Código Penal que contempla penas de 4 a 8 años de prisión por esos transportes.
La decisión no es jurisdiccional ni vinculante, pero enfoca mejor el camino de lucha contra esta práctica que resulta clave para que los grandes traslados de hachís se ejecuten.
Apoyo a las narcolanchas
Los narcos se ven obligados a permanecer un tiempo en alta mar en una zona de espera ya que no pueden entrar a puerto.
Allí aguardan para cargar el hachís en una embarcación y trasladarlo hasta el lugar del desembarco. Son puntos concertados por las redes en donde se tienen que ejecutar los abastecimientos.
Los petaqueros trabajan a sueldo de los narcos para hacer viable ese negocio, ya que sin ellos no podrían mantenerse ni llevar a cabo los traslados masivos de mercancía.
La dificultad de probar que ese material se destinará al narcotráfico o el hecho de que no se produzcan daños hace que unos jueces entiendan que la actividad no se puede contemplar actualmente como delito (de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública o de estragos, por ejemplo) y otros que el tipo penal que lo define no es de la gravedad suficiente como para mantener en prisión a una persona.






