Un marroquí de 42 años, con permiso de trabajo y residencia en España, ha sido condenado por el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta a 3 años y medio de cárcel.
La Guardia Civil le puso los grilletes en la tarde del 14 de mayo de este año, tras sorprenderlo cuando quería embarcar con algo más de 30 kilos de hachís escondidos en su vehículo modelo Mercedes.
El llamado A.A. ha reconocido su implicación en un delito contra la salud pública y ha aceptado la pena de 3 años y 6 meses de cárcel. Una vez que cumpla los dos tercios de la misma, será expulsado a Marruecos y no podrá volver a territorio español durante 5 años.
A la pena de prisión se añade una multa de 56.398 euros con 3 días de responsabilidad en caso de impago.
Hachís envuelto en papel de chocolate KitKat
A este varón le sorprendió la Guardia Civil cuando cruzaba el carril de vehículos en pleno puerto de Ceuta. En su Mercedes, modelo Viano CDI, escondía la droga repartida en pequeños bloques, algunos con envoltorio de chocolate KitKat.
Se le apreció la droga en el interior de la carrocería del vehículo, en un paño izquierdo intermedio. Allí, en los dobles fondos naturales, se habían depositado todos los kilos de la narcótica sustancia a la espera de su posterior embarque.
El ahora condenado quiso burlar el control del Instituto Armado sin éxito. Terminó en una celda de Mendizábal y ahora ya con una sentencia firme en su contra.
Servicios llamativos
El mismo día en el que lo detuvieron, la Guardia Civil arrestó a más personas intentando embarcar con droga de muy dispares maneras.
Así, uno ocultó pequeños bloques en su patinete eléctrico. En su caso, al igual que en el de este marroquí, llevaba la droga envuelta en papeles de chocolatinas.
Hay más vías de tránsito con el único fin de colar los estupefacientes al otro lado del Estrecho. El puerto de Ceuta se convierte en el punto de traslado de esa droga, un punto del que echan mano las pequeñas organizaciones que usan a enlaces como pasadores para la carga de la narcótica sustancia, las llamadas mulas, o su ocultación en vehículos.