Es el paso constante de la droga. Ese menudeo que alimenta también el negocio del hachís que se mueve de Marruecos a Ceuta, con el fin último de su traslado a la Península.
Y para ello son utilizados hombres y mujeres que entregan su cuerpo para que los dueños de la droga ganen dinero, sirviéndose a la ingesta de bellotas o adosándose pequeñas cantidades de esta sustancia.
Así lo hicieron dos varones este pasado sábado. Y ambos fueron sorprendidos en controles aleatorios de la Guardia Civil en puerto y frontera.
Los arrestos fueron por la tarde. Uno en el puerto, con 2 kilos de hachís enfajados a su cuerpo. Terminó detenido y puesto a disposición judicial. El segundo en la frontera del Tarajal, en el paso peatonal. Iba con 2,5 kilos de esta droga. Su destino ha sido el mismo: saldar cuentas con la justicia. De hecho, este mismo domingo ya fueron puestos a disposición judicial.
Sorprendidos con la droga
Ambos fueron arrestados por delito contra la salud pública, después de ser sorprendidos in fraganti con la carga de la droga en su poder.
No son para nada historias aisladas, muy al contrario. Es una senda delictiva constante en la que incurren individuos que son utilizados para estas prácticas asociadas al delito.
Cobran un dinero por servir de mulas de la droga. Arriesgan su libertad, pero también su vida en el caso de que lleven las bellotas dentro de su organismo.
El abanico de formas de la delincuencia
Al margen del uso de narcolanchas y vehículos con dobles fondos, permanecen estas formas rudimentarias y clásicas de seguir buscando la forma de colar la droga.
En la mayoría de los casos los detenidos son jóvenes en busca de dinero fácil y en otros se usa a personas con antecedentes para realizar ese trasvase constante.
Cargan en Marruecos o en casas de Ceuta antes de intentar el embarque. A estos dos detenidos su intento le salió mal.