El cementerio de Sidi Embarek acoge en la tumba 4725 los restos del joven marroquí cuyo cadáver fue recuperado por los GEAS de la Guardia Civil de Ceuta el pasado viernes 13 de enero. No se le ha podido identificar ni nadie ha comunicado la pérdida de este varón que, enfundado en traje de neopreno, perdió la vida en plena travesía.
El cuerpo ha sido enterrado este domingo. En Sidi Embarek se le ha rezado, justo al lado de otros inmigrantes cuyos cuerpos han sido hallados sin vida en el mar. La Guardia Civil ha intentado averiguar su origen sin éxito, no hay rastro que conduzca a saber su historia.
El cadáver fue recogido por agentes del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas después de ser encontrado en las inmediaciones del muelle de Poniente.
El traje de buzo que portaba era de tono oscuro y por dentro llevaba ropa interior de color gris y una camiseta blanca. Joven, tenía como característica muy particular dos grandes lunares en sus mejillas.
Los entierros sin nombre
Queda para siempre enterrado en un cementerio en donde más jóvenes como él descansan en las tumbas próximas sin que se haya podido conocer sus identidades, quizá lo más terrible para las familias que esperan sin descanso alguna información.
Precisamente eso es lo que más duele, el no poder cerrar las historias que se rompen en esta frontera sur, las historias de estos inmigrantes que cruzan por variados motivos y cuya última comunicación mantenida con sus seres queridos es el traslado de su deseo por llegar a este lado del espigón.
La Guardia Civil recoge todos los datos de los cuerpos sin vida encontrados gracias a la labor que lleva a cabo el equipo de la Policía Judicial en el laboratorio de criminalística. El cotejo de huellas a veces da resultado pero no siempre se consigue calmar las inquietudes de muchas familias que quedan para siempre esperando una llamada imposible.
Si todos y cada uno de los clandestinos fueran devueltos sin opción a residencia muy pronto se acabarīan las muertes. Estas muertes son un drama evitable. No se puede estar fomentando la clandestinidad desde ong e instituciones desde el momento en que no hay ni un uno por ciento de expulsiones. Es un negocio para algunos pero es inhumano.