El cementerio de Sidi Embarek ha acogido este sábado el entierro del joven cuyo cuerpo fue localizado el pasado 22 de septiembre en el Sarchal. La tumba 5217 acoge sus restos en Ceuta después de que no se haya podido conocer su identidad.
De él solo se ha logrado reseñar que se trataba de un joven magrebí, de entre 25 a 30 años, que había intentado sin éxito el cruce a nado.
La Funeraria Al Qadr ha procedido al traslado del cuerpo hasta el cementerio de Sidi Embarek en donde se le ha rezado y despedido. A su lado permanecen enterrados otros jóvenes fallecidos este mismo año, un 2025 terrible en cuanto a fallecimientos en el mar.

No le conocían, pero están en todas estas despedidas en una Ceuta que iba a servir de trampolín en su periplo migratorio, pero terminó transformándose en una tumba.
El peor año de todos
Es sin duda el peor año de todos en cuanto a las muertes y casos de desapariciones. No cesan las denuncias de familias que no saben dónde están sus seres queridos. Esos cuerpos no llegan a aparecer, formando parte de los invisibles que asoman en las historias más dramáticas.

Se sabe el número de fallecidos localizados en Ceuta, pero de las cifras al otro lado de la frontera, de lo que sucede en Marruecos, nadie habla. Conocer la envergadura del drama que se está produciendo en la frontera sur es hoy por hoy un imposible.
El cementerio de Sidi Embarek se ha convertido en el final para muchos jóvenes, también niños, que intentaron el cruce a nado hasta nuestra ciudad muriendo en el intento.
La Guardia Civil a través del Laboratorio de Criminalística hace todo lo posible por identificar los cuerpos, pero en muchas ocasiones esa labor termina constituyendo un fracaso ante las cuantiosas trabas existentes.





