El Gobierno ha prohibido las rebajas en las tiendas físicas a los comercios que han podido reanudar su actividad. Según lo publicado el pasado sábado en el BOE, en la fase 1, en la que se encuentra Ceuta, solo podían reabrir aquellos comercios cuya superficie no sobrepasara los 400 metros cuadrados. En el propio boletín oficial piden además que "todos los establecimientos y locales que puedan proceder a la reapertura al público según lo dispuesto en este capítulo, podrán establecer, en su caso, sistemas de recogida en el local de los productos adquiridos por teléfono o en línea, siempre que garanticen una recogida escalonada que evite aglomeraciones en interior del local o su acceso".
Pero la letra pequeña del BOE vuelve a mostrar que la ley va más allá de lo que parece. Según se expone en la disposición segunda del capítulo XIV "los establecimientos no podrán anunciar ni llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público, tanto dentro del establecimiento comercial como en sus inmediaciones. Esta restricción no afectará a las ventas en rebaja ni tampoco ventas en oferta o promoción que se realicen a través de la página web". Por tanto, no se podrá llevar a cabo rebajas en las tiendas físicas, pero sí a través de las plataformas de internet.
Esta medida controvertida llega después de que los comercios hayan estado cerrados dos meses por el estado de alarma. Esto ha provocado que acumulen stocks durante ese tiempo, por lo que una solución para darle salida en la reapertura era a través de descuento y así ganar liquidez para poder afrontar la crisis pese a que se perdiera rentabilidad. De hecho grandes marcas de la industria textil llevan realizando descuentos durante la cuarentena para aliviar el impacto de la crisis.
La decisión de prohibir las rebajas en establecimientos físicos pero no en online puede crear cierta desventaja para vender a las tiendas pequeñas, ya que no suelen contar con ventas a través de internet ni con reparto a domicilio. Un sector que se encuentra en una situación delicada y que solo en textil podría perder 65.000 empleos.
La prohibición de las rebajas era una medida que sí pedían ciertos representantes del pequeño comercio pero para implementarla durante el verano, cuando ya hubieran pasado dos meses desde la reapertura y tuvieran artículos nuevos en venta. Una decisión que se debatió en la última sesión de control a la ministra de Comercio, Reyes Maroto, para tratar de no perjudicar al pequeño comercio. De hecho, en Italia sí han retrasado el comienzo de las rebajas de verano al 1 de agosto.