Detrás de cada uno de los condenados por tráfico de drogas en Ceuta hay una historia. La de una joven de solo 19 años, a la que nada le falta en la vida, pero que termina prestándose a cruzar hasta Algeciras con un coche lleno de hachís.
La de un marroquí con residencia en España que niega hasta el final que la droga sea suya porque sabe que terminará expulsado al país del que quiso marchar.
La de un empresario arruinado que ve en el embarque el gesto necesario para pagar sus deudas.
Los senderos del mundo del narcotráfico esconden miles de historias, cada una con su trasfondo, pero todas con un final del que es imposible escapar. Las rejas de una celda son el destino inmediato de quienes trafican prestando su cuerpo o sus vehículos.
100 detenidos y casi 3 toneladas de hachís en medio año
En lo que va de año la Guardia Civil ha detenido a unas 100 personas por tráfico de drogas y se ha incautado de casi 3 toneladas de hachís solo en el puerto.
El repunte en las intervenciones ha sido claro en los últimos meses, sobre todo en un puerto que se convierte en la puerta necesaria para cruzar el Estrecho al objeto de abastecer el mercado con el hachís procedente de las plantaciones de Marruecos.
El mercadeo de la droga mueve muchísimo dinero. Esas casi 3 toneladas de droga intervenidas en seis meses suponen un golpe al narco que roza los seis millones de euros.
Los eslabones de la cadena del narcotráfico, los cooperadores necesarios para que la narcótica sustancia llegue a su destino final, son engatusados con cobros rápidos.
Vehículos usados para pases de droga
¿Por qué alguien que tiene su vida asegurada se presta a ello? Los casos que han llegado a juicio desvelan, en muchas ocasiones, el trasfondo de esos pasadores, ocultando adicciones al juego o consumo de drogas que les convierten en objetivo vulnerable para las redes.
Una ambulancia transformada en patera de la droga, una furgoneta rotulada con una empresa de electricidad ya empleada en otros pases, vehículos con dobles fondos preparados específicamente para la ocultación de la mercancía...
Se buscan miles de formas para colar el hachís al otro lado del Estrecho. También maneras de ‘engañar’ al can del Servicio Cinológico cuyo papel es determinante para localizarlo.
Las organizaciones preparan la droga de tal forma que el perro no pueda detectar el olor. También buscan los pases en horarios en los que los recursos humanos se vean reducidos. Quienes pasan la mercancía son elemento indispensable para el negocio, pero también quienes facilitan información adecuada para que los pases se ajusten a los momentos, digamos, más permeables.
Las caravanas de vehículos
La caravana de vehículos para traficar con hachís se integra en una ruta constante por uno de los puertos que mayor movimiento registra como es el de Ceuta. Periodos de máxima afluencia como la OPE son críticos para ejecutar intentos de pase no solo de drogas, sino también de personas o dinero no declarado legalmente.
La Guardia Civil todavía se sorprende del modus operandi seguido. La droga cabe en cualquier lado: bajos del coche, la parte superior de más difícil detección, depósito de gasolina…
A esto se añaden los huecos falsos que se crean y que en muchos casos han sido detectados gracias a la pericia del agente. Un detalle se ha erigido en el error que ha llevado a detectar la mercancía.
Los patinetes eléctricos usados para esconder pequeñas cantidades de droga, muebles, electrodomésticos con truco como fue el caso reciente de una lavadora… Y las motos.
Los vehículos a dos ruedas son trastocados para esconder pequeñas cantidades de droga, sobre todo en el depósito de la gasolina. La Guardia Civil ha detectado una ruta constante de pasadores que buscan trasladar pequeñas cantidades, siempre rozando el límite.
El sendero de las 'mulas'
A esta caravana se suma la ruta de las ‘mulas’. Es como un sendero de hormigas que no se altera de su camino delictivo seguido. Una detrás de otra: madres con hijos menores de edad, residentes en el sur peninsular, adolescentes…
De las casi 3 toneladas de hachís intervenidas este 2025 por la Benemérita, unos 50 kilos han sido decomisados en servicios que se han saldado con ‘mulas’ detenidas.
Hombres y mujeres que llevaban droga adosada a las piernas, la cintura o el pecho. También escondida entre sus prendas, en las zapatillas, en las gorras o cascos, en el equipaje de mano…
Es una cifra importante. En cada uno de esos traslados se intenta que la cantidad no supere los 2 kilos, precisamente para evitar la entrada en prisión si se carece de antecedentes.
Los culeros
La ruta es persistente, se sigue un trayecto de tráfico de drogas que no cesa y que, de hecho, este año ha repuntado notablemente.
A las ‘mulas’ les siguen los culeros, quienes portan esas bellotas de hachís no adosadas al cuerpo sino dentro de los organismos.
En este 2025 han sido decomisados más de veinte kilos de esta droga tras ser expulsada. Son los servicios más penosos para la Benemérita, y supone una ruta que nunca termina de ser eliminada a pesar de los riesgos para la salud de quien se presta a ello.
Acuden a viviendas guardería, ‘comen’ el hachís y esperan posteriormente para su expulsión. Suele haber coincidencias, incluso por el lugar de procedencia. Se desplazan en grupos y acostumbran a cumplir con el mismo perfil.
Marcas de la droga y transporte en coches
Bellotas y bloques adosados con marcas distintas: la cara de Joker, envoltorios de conocidas casas de chocolates, imágenes populares de series… incluso rostros de narcos como el Pablo Escobar de Netflix. Los receptores sabrán cuál es la suya.
‘Mulas’ y culeros no solo embarcan andando, usando el filtro de pasajeros, también acuden en vehículos, como ocupantes. Su detección, de esta manera, es complicada.
En situaciones de este tipo, la pericia del agente y ese particular análisis de riesgos que llevan otras unidades como la UDAIFF, resulta determinante. Conocer cuándo desembarcó en Ceuta el que ahora, en solo horas, regresa a Algeciras con lo puesto. O quién hace múltiples y constantes viajes sin un objetivo claro y transparente. Esos son informaciones que ayudan a detectar pases de drogas.
Tabaco de shisha, kifi y pastillas
Al margen de estas intervenciones que tienen únicamente como escenario el puerto de Ceuta, quedan las aprehensiones de hachís fondeado y los decomisos, cada vez en mayor cantidad, de otras sustancias como el tabaco de shisha o kifi.
Son actuaciones que van en aumento, como también la aprehensión de pastillas que tienen como destino su pase a Marruecos, donde el consumo preocupa, cada vez más, a las autoridades del vecino país.
En lo que va de año se han intervenido en puerto y frontera vehículos cargados con Rivotril o Trankimazin en su amplia mayoría. Ha habido más de 150.000 unidades decomisadas.