100 bellotas de hachís con la cara de Joker. Un kilo que marcó la diferencia entre estar en libertad o cumplir una condena superior a 3 años y medio de cárcel. La magistrada titular del Juzgado de lo Penal 1 de Ceuta determinará el destino final del marroquí con residencia en España, R.E.T. que jura y perjura que el 25 de marzo de este año quiso cruzar a Algeciras con 2 kilos de hachís adosados a sus piernas, no con los 3 kilos y 100 gramos con los que se le relaciona.
Asegura que fuma entre 8 y 10 porros diarios, que consume desde hace 14 años y que esa droga no era para venderla a terceros sino para compartirla con sus amigos.
Un kilo es importante, de hecho, lo ha sido para el acusado. Cuando el día 25 le detuvo la Guardia Civil y 24 horas después lo iban a poner en libertad en el juzgado, desde la Comandancia llamaron para alertar de que en la sala de detenidos se había encontrado otro kilo más de droga. Y que tenía que ser sí o sí del arrestado ya que no hubo más intervenciones ese día.
Esa llamada llevó a que el juzgado de guardia dictara auto de entrada en prisión preventiva hasta hoy, todo ello bajo la acusación de delito contra la salud pública en su modalidad de notoria importancia. Esa coletilla es la que le ha privado de disfrutar de una libertad que casi rozó.
El kilo de hachís del que reniega
El acusado declaró este viernes a su señoría que cargó la droga en el Príncipe. Hasta 8 personas, dos de ellas mujeres, acudieron a una vivienda a forrarse de hachís. Él en las piernas. Todas las bellotas con la misma cara de Arthur Fleck.
Asegura que en sus piernas adosó 2 kilos, ni un gramo más. Por lo que los 1.100 gramos que 24 horas más tarde encontró la Guardia Civil en la sala donde se le había custodiado tenían que ser de otra persona.
A él, dice, le hicieron desnudarse e incluso hacer dos o tres sentadillas, pesando delante los 2 kilos de droga que reconoce. Es imposible, insistió, que ese extra de hachís formara parte de una travesía que había decidido emprender como mula.
El acusado sabe de drogas y sabe también lo que es enfrentarse a una acusación por su tráfico, ya que en 2019 se le condenó por ello.
La Guardia Civil no duda
A ojos de la Guardia Civil no hay duda alguna de que todo el hachís encontrado en dos intervenciones distintas, pero consecutivas, es del acusado. Lo mantiene porque además antes de él no hubo otros detenidos después, ni tampoco el mismo día ni antes.
Pero, es más, las bellotas localizadas en las piernas del acusado y debajo del asiento de la sala de detenidos vienen con el mismo rostro de Joker y, tras ser analizadas por Sanidad, registran el mismo THC.
¿Es posible que alguien dejara ese hachís ahí? La Guardia Civil mantiene que no, puesto que esa sala es hermética y solo entran agentes y arrestados. “Sin ningún género de dudas es de él”, aseguró uno de los integrantes del Instituto Armado.
¿Cómo llegó hasta allí?
¿Pero cómo llegó hasta allí? Los agentes aseguran que ese kilo de más pudo estar en el equipaje que en todo momento llevaba el detenido, a pesar de que se filtró por rayos X. En sus calzoncillos resulta inviable pensar que pudiera esconder esa cantidad, una pregunta que pudiera parecer absurda, pero que se llegó a formular en la vista oral celebrada este viernes.
Los agentes, sorprendidos, negaron la probable posibilidad de que en un slip pudieran esconderse 100 bellotas sin que eso llamara la atención.
Los distintos guardias civiles que declararon no tienen dudas de que el hachís era del acusado, como tampoco las tienen a la hora de que se cumpliera con la cadena de custodia. “Nadie la pudo manipular”, advirtió un componente de la Benemérita.
Fiscalía: el delito está acreditado
Para la Fiscalía está más que acreditado que R.E.T es culpable de tráfico de drogas y, en concreto, de más de 3 kilos. Cuando ese extra no se había descubierto, tuvo la fortuna de aferrarse a ese beneficio asociado a la cantidad. “Se las prometía felices, por eso reconoció el delito para evitar ir a la cárcel”, aventuró el fiscal.
En cuestión de horas la moneda le ofreció la cruz que le ha llevado a estar entre rejas. Fiscalía apuntó que el hecho de que tenga antecedentes por este delito debe ser tenido en cuenta, ya que “sabe las consecuencias penales” de traficar con más o menos de 2,5 kilos.
Para el Ministerio Público, el acusado manipuló el equipaje, sus pertenencias que nunca son apartadas del arrestado, para sacar ese hachís que le podía perjudicar.
“Es imposible que un tercero colocara la droga. No tiene sentido. ¿Quién querría agravar su pena?”, cuestionó, reclamando una condena de 3 años y 10 meses de prisión.
La tesis de la Defensa
La Defensa insiste en que su patrocinado solo debe ser condenado por los 2 kilos que fueron encontrados adosados a sus piernas. Considera que la cadena de custodia no se respetó y mantiene que su cliente no puede ser condenado por una droga que no se le interceptó en el momento del arresto.
Explicó que, a pesar de que se le han ofrecido acuerdos extrajudiciales beneficiosos, el acusado siempre se ha mantenido en la misma postura, confesando dónde cargó la droga y qué cantidad llevaba. “Mantiene con rotundidad que esa droga no es suya”, apuntó.
“Y no se puede decir con certeza que lo sea”, apuntilló. “Ante las dudas, solo cabe la absolución por ese kilo porque no es suyo”.
El juicio, uno de los más curiosos que se han celebrado enmarcados en delitos de tráfico de drogas, quedó visto para sentencia.