La cera es un material que puede adquirir formas sorprendes. No solo permite generar belleza o un objeto de decoración. También es el canal para alumbrarse o, simplemente, tener un momento de relajación. El arte de las velas es una de las vertientes en las que puede derivar, un mundillo que llega a Ceuta esta Navidad.
A través de la artesana Davinia Aranda, los vecinos tienen la oportunidad de probar una nueva afición o de mejorar la técnica si ya la practican. La mujer, que tiene conexión con la ciudad por su marido, imparte dos tallares el 21 de este mes.
El primero está acompañado de una merienda y, el segundo, de una copa de vino. La idea es contar con dos sesiones que se adapten a todas las edades. La intención es que el primer pase, entre las 16:30 y las 18:00 horas, sea idóneo para familias o menores y el que lo antecede, desde las 11:30 hasta las 13:30, para grupos de amigos o adultos.
Grupos de doce
Cada grupo dispone de un máximo de doce personas por lo que todo el que esté interesado debe reservar cuanto antes su sitio. La inscripción se efectúa a través de la dirección de mail daliseria@outlook.es.
El lugar escogido para la ocasión es el local social de la barriada del Molino. “Estoy hasta el 30 en Ceuta. Si pudiera hacer más, lo haría, por supuesto. De hecho, mi idea es proponer más talleres ya que estoy por aquí cada dos meses”, menciona.

Esta vez el enfoque temático es la Navidad como no podía ser de otra forma. Los dos eventos se basan en la creación paso a paso de las copas de vela. Este formato consiste en derretir la cera y darle forma en el interior de un recipiente decorado.
Pequeño comercio
Davinia es dueña de una pequeña empresa dedicada a estas artes plásticas. Bajo el nombre de Daliseria, vende en internet todos los productos que brotan de su imaginación. Colores, purpurinas, piñas o gajos de naranja se esparcen sobre lo que en inicio era un simple cilindro.
Aunque aún no cuenta con un espacio tangible en el que colocar sobre vitrinas y escaparates sus artículos, pronto dispondrá del mismo. Ya acarrea cierta experiencia en el desarrollo de sesiones en las que enseña a cómo hacer estos objetos.
La aventura comenzó hace dos años. Aprendió precisamente a través de talleres presenciales y de un curso online que completó la formación. Lo que nunca pensó es que preparar obsequios para su boda sería el germen del emprendimiento.
Fue la primera vez que fabricó velas. Lo hizo para sus invitados sin saber que seguiría con su elaboración para clientes. Después de unos años de andanza, ya tiene soltura y moldea velas con diferentes procedimientos.
Aromas y decoración
“Hay mucho trabajo detrás. Se mezclan aromas, se coloca la decoración… También están las que se hacen montando la cera, como si fuese nata”, explica. “Las hago en molde, en recipientes…”, agrega.
Se dedica al mismo tiempo a producir ambientadores y las llamadas wax melts, unas figuras del mismo material que sirven para dar fragancia al hogar. “Son piezas que se echan en un quemador y huelen mucho”, comenta.
Davinia apuesta por una conciencia ecológica. Por eso la materia prima que utiliza es la soja natural. Su intención es que sean respetuosas con el medio ambiente. Crear velas es, en general, “un proceso en el que se tiene que poner amor y cariño. La paciencia y la delicadeza también son necesarias”, manifiesta.
La artesanía
“La artesanía es así”, traslada. “Lo cierto es que es una actividad muy relajante que permite desconectar y pasar un rato agradable. Esa es la idea. Despejarse y hacer algo distinto”, señala.
No descarta en el futuro plantear en Ceuta otro tipo de talleres. “Se podría hacer otro de hacer recipientes de resina para cubrirlos con pintura acrílica aparte de hacer la vela”, destaca.
Davinia durante la actividad también da consejos. La emprendedora indica que, una vez obtenida la vela, es recomendable encenderla por primera vez durante dos horas. Advierte que lo mejor para prenderlas son los fósforos y, para apagarla, el empleo de un apagavelas para conservar el aroma. Aconseja que, cada vez que se use, se recorte la mecha unos cinco milímetros para asegurar la viveza de la llama.






