Tres años y 4 meses de prisión. Esa es la condena impuesta al llamado M.S.S. por incurrir en un delito contra la salud pública, después de que la Guardia Civil lo detuviera en Ceuta justo cuando desembarcaba procedente de Algeciras con el coche cargado de pastillas.
Ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1, el acusado ha reconocido los hechos, aceptando la pena impuesta que le llevará a continuar en prisión, en donde ingresó el pasado 10 de mayo en preventiva.
A la condena de cárcel por delito de tráfico de drogas en su modalidad de notoria importancia, se le añade una multa de 725.380 euros, que es el valor que tenía el lote de pastillas que fue intervenido por los agentes del Instituto Armado.
Qué es lo que escondía en su Twingo
Este ceutí, que aceptó la condena, pero se mostró molesto por lo elevado de la misma, desembarcaba en la noche del 9 de mayo al volante de su Renault Twingo con 11.597 pastillas de Rivotril, Trankimazin y comprimidos de Lyrica.
A los agentes de la Benemérita les resultó sospechoso, por eso procedieron al registro de su coche, localizando las pastillas en los diferentes huecos naturales.
En concreto, había 8.820 del medicamento denominado Clonazepam, otros 1.573 de Alprazolam y 1.204 de Pregabalina.
El varón, de 40 años y vecino de nuestra ciudad, quedó detenido al momento, procediéndose después al dictado de un auto de entrada en prisión preventiva a la espera de un juicio que no ha tenido que celebrarse ya que al existir un reconocimiento del delito se aplicó la figura jurídica de la conformidad.
La ruta de las pastillas
La intervención ejecutada por la Benemérita no fue un caso aislado. De hecho, el decomiso de pastillas está a la orden del día en una ciudad como Ceuta que sirve de puente de paso hacia Marruecos. Precisamente, se trata de una mercancía que tiene como destino final su introducción y venta en el vecino país.
El modus operandi seguido es la utilización de coches con dobles fondos para ocultar esas pastillas y poder sortear de esta manera tanto el filtro aplicado por la Benemérita en el puerto o incluso en la frontera, además del ejercido por las fuerzas marroquíes.
Las inspecciones llevadas a cabo por los agentes persiguen eso, abortar la línea seguida en torno a este tráfico de sustancias.
Por qué esa demanda en Marruecos
La vía de tráfico es constante entre España y Marruecos ya que este tipo de pastillas se usa para la realización del karkubi, también denominada la droga de los pobres que se realiza mezclando esas pastillas con hachís.
El consumo de esta sustancia junto con el alcohol o pegamento genera unos efectos muy dañinos. El consumidor al otro lado de la frontera repuntó de manera notable haciéndose fuerte ese negocio entre España y Marruecos.
Se trafica con hachís desde el vecino país a Ceuta para, a la inversa, proceder a la introducción de pastillas llegadas de la Península en grandes cantidades para el comercio clandestino que tiene lugar en el vecino país.
Investigaciones abiertas
En este caso, el servicio llevado a cabo por los agentes del Instituto Armado terminó con la detención de esta persona, sin concretar el destino final de la mercancía decomisada, por lo que queda en el ámbito de las meras sospechas el mercadeo que se iba a llevar a cabo con las mismas.
Tras su registro, el coche quedó intervenido, las pastillas decomisadas para su posterior destrucción y el arrestado, con los grilletes puestos, presentado ante la autoridad judicial para proceder a su posterior ingreso entre rejas que, ahora, ha venido confirmado por una sentencia firme.