La Legión de Ceuta es admirada en cualquier punto del país. Sus exhibiciones y desfiles son seguidos por cientos de personas y admirados por todos. Eso también es gracias a personas que llevan años sirviendo a este Cuerpo y que llevan el nombre de la Legión a lo más alto con amor y cariño. Es el caso del cabo caballero legionario Varas y el caballero legionario Guerrero.
El primero ingresó hace ya 20 años en la Legión, concretamente en 2003. Entró de caballero y tras cuatro años consiguió ascender a cabo, cargo que ocupa actualmente. “Todos estos años han sido de trabajo, dedicación y empeño. Es un trabajo que gusta ya que van pasando los años y vas conociendo a muchas personas, gente de cualquier punto, y lo conviertes en una familia”.
“La Legión la viví desde pequeño y por eso quería ser legionario. Además cuento con el respaldo de todos mis familiares, de mi pareja, y eso es lo más importante y lo que nos llevamos para siempre”, prosigue.
Varas vivió desde pequeño ese amor a La Legión gracias a su familia. Ser de Ceuta también hace que lo viviera desde niño y luchara por pertenecer a este Cuerpo. “Para mí ser legionario me viene de familia. Mi abuelo fue sargento de La Legión, mi hermano también ha sido legionario de primera y yo lo que he hecho es seguir las raíces”.
Este 20 de septiembre se vuelve a vivir otro aniversario de La Legión, para Varas es un momento inolvidable y cada año lo siente con la misma ilusión. “Se vive una jornada muy especial. Es importante involucrarte y es un centenario más que se vive con la misma ilusión que el primero”, detalla.
El caballero legionario “dos años” en el Cuerpo
Un sentimiento que comparte con el caballero legionario Guerrero. Lleva dos años en La Legión, unidad a la que quiso entrar desde pequeño. “Quise entrar porque desde pequeñito me llamó la atención. Yo veía a la Legión desfilar en Semana Santa y pensaba que quería ser como esos hombres. Y, por suerte, aquí estoy y lo he conseguido”.
Guerrero nació en La Línea de la Concepción y a pesar de que no tiene ningún familiar con vinculación en el Ejército nunca tuvo dudas de que quería ser legionario. “No he tenido familiar militar, sí es verdad que he tenido familiares que han estado en la Guardia Civil, pero aquí he sido el primero en entrar”.
Desde pequeño crecieron soñando con ser un día ellos legionarios
Estos dos años le han servido a este caballero legionario de aprendizaje y sobre todo de conocimiento. “Son años en los que aprendes un montón. Aprendes a base de experiencias, algunas buenas y otras malas, pero en base a eso es como se forma un legionario. Además es algo que se nota cuanto más años llevas aquí, se le nota en la forma de hablar y de andar por el Patio de Armas”.
Por último, Guerrero aconsejaría a todo el mundo entrar en esta unidad y vivir desde dentro lo que es ser legionario cada día. “Personalmente no me arrepiento de la decisión de haber entrado. Creo que es una experiencia que le vendría muy bien a muchas personas, porque aprendes muchas cosas que en la sociedad actual ya no existen. Aquí aprendes valores desde el minuto uno y cuando esa persona sale a la calle se nota de quién ha servido y quién no”.
Para ellos, la Legión es una segunda familia. Los principios que hace más de cien años escribiera el teniente coronel Millán Astray siguen más vigentes que nunca en la vida militar.