Ceuta, al igual que la península ibérica, podría formar parte de una de las pocas regiones habitables del planeta dentro de 250 millones de años, según una información divulgada por COPE, cuya delegación en la ciudad autónoma está integrada en el Grupo Faro. Este escenario no forma parte de una novela de ciencia ficción, sino de una proyección elaborada por geólogos a partir del movimiento de las placas tectónicas de la Tierra que evidencia la futura supervivencia.
A lo largo de la historia del planeta, los continentes no han permanecido estáticos. De hecho, el fenómeno conocido como deriva continental ha dado lugar a la formación y posterior disolución de antiguos supercontinentes, como ocurrió con Pangea hace unos 300 millones de años. Según distintos modelos científicos, en un futuro tan lejano como dentro de dos siglos y medio de millones de años, podría formarse un nuevo supercontinente al que ya han bautizado como Pangea Última.
Así se moverían los continentes en el futuro
Los investigadores llevan décadas reconstruyendo cómo se ha desplazado la corteza terrestre para prever qué forma podría adoptar el planeta en el futuro. A través de simulaciones geológicas, han diseñado mapas del futuro que muestran una gran masa continental única donde ahora se encuentran separados América, África, Europa, Asia y Oceanía.
Este gran bloque de tierra emergería como resultado de millones de años de colisiones continentales, acercando los actuales océanos y provocando una drástica transformación del paisaje global. Lo más llamativo es que, en ese nuevo mundo, España podría tener una posición privilegiada.
España quedaría en una zona templada y estable

En este escenario, la península ibérica quedaría situada en una franja de latitudes ni demasiado cercanas al ecuador ni excesivamente polares, lo que la protegería de las temperaturas extremas que azotarían a buena parte del planeta. Mientras algunas áreas podrían registrar picos térmicos superiores a los 50 grados centígrados, lo que haría muy difícil la vida humana, España mantendría unas condiciones más benignas, similares a las del actual clima mediterráneo.
Aunque muchas zonas hoy densamente pobladas podrían volverse inhóspitas debido al impacto combinado de la actividad tectónica y el cambio climático, nuestro país —según este estudio— mantendría un equilibrio térmico que lo haría más adecuado para la vida humana.
Un futuro con desafíos, pero también de supervivencia
Este tipo de simulaciones, aunque especulativas, se basan en modelos geológicos consolidados que ayudan a entender la evolución a largo plazo del planeta. Además de despertar la curiosidad científica, también ponen sobre la mesa cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, la adaptación climática y la gestión de recursos en un mundo donde el cambio es constante, aunque lento.
Aunque este futuro queda muy lejos en el tiempo, el hecho de que España aparezca en las proyecciones como una de las pocas regiones potencialmente habitables, y por tanto donde será posible la supervivencia, es una buena noticia en términos comparativos. Frente a un planeta que podría verse asolado por condiciones extremas, el territorio español podría conservar unas características climáticas estables.
La información difundida por COPE refuerza la idea de que la península ibérica y territorios aledaños se encuentra en un enclave geológico que, a largo plazo, podría resultar más seguro para la humanidad. En un mundo donde la mayoría de las predicciones sobre el futuro son desalentadoras, esta perspectiva aporta un rayo de optimismo… aunque sea para dentro de 250 millones de años.
Pangea Última es el nombre del hipotético supercontinente que podría formarse dentro de 250 millones de años debido al movimiento de las placas tectónicas. Según científicos, este nuevo bloque continental reunirá todos los continentes actuales, y regiones como España quedarían en zonas templadas, posiblemente habitables para los humanos.