Esta semana los guardias civiles estamos de luto por el fallecimiento del exdirector general de la Guardia Civil, D. Santiago López Valdivielso. No fue un director más, fue el director que luchó por modernizar la Guardia Civil, que dotó de derechos a los guardias civiles y que impulsó a pesar de los muchos obstáculos el asociacionismo en la Institución.
Fue un guardia civil sin tricornio, un político de palabra, sencillo, honesto, inteligente, con la personalidad suficiente para decir lo que pensaba y mandar en la Guardia Civil. Una frase a los representantes asociativos define quien era Valdivielso: “No hago más porque los generales no me dejan”. A pesar de la frase, Valdivielso hizo mucho más que ningún otro director para mejorar la calidad de vida de los guardias civiles y sus familias.
Durante el periodo que mandó la Guardia Civil -1996 a 2004- los responsables de las asociaciones nos reunimos con Valdivielso en muchas ocasiones y pudimos comprobar que no se arrugaba ante nadie, que tenía la personalidad suficiente para llevar a buen puerto su compromiso con la Guardia Civil y los guardias civiles. Fue el impulsor del movimiento asociativo en un periodo convulso donde las asociaciones empezaban a tener presencia en las Comandancias y Puestos de todo el país.
En una de aquellas reuniones a la que asistían responsables de las Asociaciones, algunos mandos y el propio Valdivielso tuvo que sacar su galón de jefe de la Guardia Civil para indicarle a un mando que esa era una reunión en la que se podía expresar y opinar con libertad y el que no esté conforme con el formato se podía ausentar. Ese golpe de autoridad y me imagino que, en muchos otros a nivel interno, fue suficiente para que se tomara nota a ambos lados de la mesa. Fue un director general que mandaba en la Guardia Civil.
“Fue un Guardia Civil sin tricornio, un político de palabra, sencillo, honesto, inteligente, con la personalidad suficiente para decir lo que pensaba y mandar en la Guardia Civil. Una frase a los representantes asociativos define quien era Valdivieso “no hago más porque los generales no me dejan”
Unas de sus órdenes más comentadas, aplaudidas y criticadas durante su desempeño fue autorizar -en el año 2002- que las parejas de hecho estables, independientemente de su naturaleza, pudieran residir en los acuartelamientos en las mismas condiciones de las parejas heterosexuales. Una medida impensable en una Institución reacia a los cambios.
Reunirse con Valdivielso era la oportunidad de trasladar al JEFE de la Guardia Civil los problemas reales sin ningún tipo de adornos y, esa forma de ser, le dio la oportunidad de conocer realmente los problemas de la Institución. Reunirse con Valdivielso no era perder el tiempo, hacer un viaje y regresar con la sensación de asistir a una reunión protocolaria y estéril.
Una anécdota puede decir mucho de su talante. Finalizada una reunión con las asociaciones y cuando se disponía a marcharse, me escucho decir que no me podía entretener que perdía el tren. Entonces me llamó y me dijo: “Móntate que te acerco a la estación”. Un detalle que tuvo con otros compañeros en alguna otra ocasión. Ese gesto y, otros muchos, dicen mucho de este hombre campechano, inteligente, democrático y comprometido con la gente. Un hombre que nunca se despegó de la Guardia Civil y de los guardias civiles, porque siempre estuvo atento al devenir de nuestros problemas y dispuesto a colaborar.
D. Santiago López Valdivielso es un guardia civil sin tricornio, como los guardias jubilados, que a pesar de estar fuera, siempre se interesan por lo que ocurre dentro.
Por esa razón el martes fue un día triste para los que tuvimos la suerte de conocer a un demócrata en la Guardia Civil. Se fue un compañero, un guardia civil sin tricornio.
El mejor director que he conocido en mis 40 años de servicio, no hay palabras para agradecerle lo mucho que ha hecho por todos nosotros. D.E.P mi director.
Aún recuerdo, cuando en un rincón del palacio de congresos de Madrid el difunto Sr. López Valdivieso, nos dijo a un compañero y a mí, este compañero aún en activo, NO FIAROS NUNCA DE LA PALABRA DE UN POLITICO Y MUCHO MENOS DE LA DE UN GENERAL.
Mi compañero y yo nos quedamos estupefacto, pero con el pasar de los años lo habemos comprobado de sobra.