Septiembre de 2022. Después de esa fecha alguien tuvo la idea de construir un túnel para pasar hachís desde Marruecos a Ceuta. Hachís que desembocaría en una nave arrendada en junio de ese mismo año por un individuo que todavía no ha sido detenido por la Guardia Civil, pero está plenamente identificado.
Unas imágenes a las que tuvo acceso Asuntos Internos en el marco de la Operación Hades certifican que, en esa fecha, antes de septiembre, la nave que había funcionado como marmolería no disponía todavía de ese narcotúnel.
Se hizo a posteriori y fue una obra de auténticos especialistas para enlazar esa infraestructura con el terreno marroquí ubicado a la altura del Arroyo de las Bombas.
Por ahí pasaron, por ejemplo, los más de 3.000 kilos de hachís encontrados en diciembre de 2023 dentro un contenedor con restos de animales muertos tras su desembarco en Algeciras.
Un túnel y 2 entramados delictivos
Esa estructura servía a uno de los dos entramados delictivos destapados en la Operación Hades, en concreto el que tiene ramificaciones en Sevilla. El otro es el relacionado con el diputado y funcionario de prisiones, Mohamed Alí Duas.
Los dos grupos habrían contado, a juicio de los investigadores, “con un alto grado de impunidad en el desarrollo de sus supuestas actividades delictivas”.
Eso es lo que les vincula y es algo que conseguían “gracias a la connivencia establecida con una estructura de seguridad compuesta principalmente por miembros de la Guardia Civil destinados en la Compañía de Fiscal y Fronteras del puerto y agentes encuadrados en la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras (UDAIFF)”.
Así al menos se recoge en la investigación dirigida por la Audiencia Nacional, calificada como un auténtico referente por el CRAIN (Centro Regional de Análisis e Inteligencia de la Guardia Civil).
Una nave para la entrada del hachís y otra por seguridad
La droga que entraba en Ceuta procedente de Marruecos quedaba almacenada en esta nave del polígono de Alborán para, después, ser trasladada por seguridad a una segunda nave en donde se preparaba su carga en camiones de gran tonelaje dispuestos con un doble fondo habilitado en la Península.
El destino final era cruzar el puerto, desembarcar en Algeciras y, desde allí, iniciar su ruta hacia los puntos de destino para su descarga. Así salían las toneladas de hachís desde Ceuta.
Esos vehículos con dobles fondos eran preparados en la Península y llegaban a Ceuta cargados con mercancía lícita para después regresar con hachís.
El hallazgo, 19 de febrero a las 10:00 horas
El 19 de febrero, a las diez de la mañana, con todo el Tarajal blindado de agentes y medios de comunicación convertidos en testigos de una operación de envergadura, con unidades nunca antes vistas en Ceuta tales como la de Reconocimiento de Subsuelo, se encontró el narcotúnel.
Se habían registrado varias naves, hasta que en una de ellas se dio con la infraestructura que los investigadores presumían que existía.
La entrada estaba tapada por una puerta metálica y asegurada por cubos de escombros colocados encima.
Debajo de esa trampilla apareció el narcotúnel, que dispone de una profundidad aproximada de 12 metros al fondo de la nave y 34 metros de largo que luego se supo que se extendían a más de 40.
Trazado, desembocadura, luz e impermeabilización
La Guardia Civil tiene clausurada tanto la nave como esa galería específica tras haber dado con su trazado y desembocadura, lo que ha tenido también sus consecuencias en Marruecos, aunque desde este país no se haya informado de la cadena de ceses aplicada.
Durante días y días este medio fue testigo de las continuas conversaciones y contactos mantenidos entre componentes de Asuntos Internos y altos cargos marroquíes, produciéndose además un despliegue de unidades de la Policía y Gendarmería para realizar actuaciones específicas en el lugar por donde fluye la trayectoria de este túnel.
Por su parte, la Guardia Civil hizo uso de equipos especializados, incluyendo tecnología de georradar e incluso cámaras subterráneas para incursiones en el narcotúnel durante esos meses de febrero y marzo.
Las dimensiones y características del narcotúnel
La galería para pasar droga dispone de un sistema eléctrico de iluminación así como tubos destinados al drenaje de las filtraciones de agua procedente del arroyo que afectan de manera concreta a una de las partes del narcotúnel.
Asuntos Internos sospecha que se utilizó hasta poco antes del hallazgo. Y lo cree tras encontrar ropa mojada y manchada de arena y barro, además de restos de materiales usados para empaquetar y sellar la droga dentro de la misma nave.
En los primeros 10 metros las dimensiones son de 70 centímetros de ancho por 1 metro de alto. A partir de esa distancia la altura pasa a ser de 1,20m. y el recorrido toma sentido descendente.
Ese es el croquis de una obra de especialistas que ha venido a situar a Ceuta en el mapa de las investigaciones antidroga más relevantes realizadas por la Guardia Civil. Todo estaba estudiado, no se estaba ante ninguna chapuza.
Láminas de madera para evitar derrumbes
El suelo es de tierra y las paredes y el techo están forrados con láminas de madera que sirven para apuntalar la estructura y evitar así posibles derrumbamientos. Todo estaba controlado al detalle, ni es una galería antigua ni un proyecto descabellado.
A unos 34 metros del inicio de la galería desciende un metro hasta formar un recoveco que es el que mayores inundaciones recibe y que se extiende al menos 5 metros más.
Todas esas características se plasmaron sobre un papel para dibujar una estructura sobre el terreno, previendo la forma en la que durante meses y meses pudo entrar hachís en Ceuta como nunca antes se había pensado.