“Han tenido que encontrar algo”. Aquella mañana del 19 de febrero, los empresarios próximos a la marmolería que escondía un narcotúnel fueron testigos de lo que los medios de comunicación no podían ver. La Unidad de Reconocimiento del Subsuelo de la Guardia Civil había dado con la galería para colar hachís en Ceuta. Un cordón de seguridad impuesto por el GAR blindaba esa escena.
El barro en sus uniformes y el abrazo oportuno evidenciaba que las informaciones manejadas, las que habían llevado a tomar todo el polígono, eran ciertas porque, como en las películas, existía una galería subterránea capaz de enlazar España y Marruecos para la comisión de delitos bordeando el Arroyo de las Bombas.
Dos semanas después solo queda que la parte española de ese túnel y la marroquí se unan mediante la comprobación física de agentes de ambos países. Estos días, la unidad especializada en el reconocimiento de las redes subterráneas volvió a desplazarse específicamente a Ceuta para avanzar a través de una galería por la que han pasado miles y miles de kilos de hachís.
Era una auténtica trampa, una vía que funcionó durante años y que ha facilitado la entrada de grandes cantidades de droga desde Marruecos sorteando cualquier tipo de control. No se descarta incluso que la tonelada de hachís interceptada este viernes en una furgoneta con el rótulo de una empresa de iluminación falsificado pudiera haber entrado por esa galería.
Ahora se le daba salida tras tenerle en una guardería de la droga. En su detección no solo se implicaron los agentes que a pie de embarque registran los vehículos. Hubo participación de otras unidades y se tiene que determinar quién más participó en la colocación de esa droga para cuyo pase se eligió como mula a un gaditano.
A la espera de contar con seguridad
La lluvia ha frustrado los planes de unos especialistas que conforman la elite de la Guardia Civil. Su desplazamiento a Ceuta no ha sido algo imprevisto. Mover una unidad de este tipo solo se hace cuando hay investigaciones de envergadura como es esta.
Asuntos Internos, que dirige la Operación Hades contra el narcotráfico, ha garantizado en todo momento la integridad de esos agentes, suspendiendo las incursiones si las mismas no eran seguras como así ocurrió ante la existencia de agua y las malas previsiones de estos días, lo que hacía imposible achicar la cantidad acumulada.
La nave está de nuevo clausurada y existe un control permanente sobre el narcotúnel, construido específicamente para que los implicados a uno y otro lado de la valla pudieran introducir toneladas de droga haciendo florecer un negocio millonario.
Nada puede ocurrir sin que sea detectado. En ese sentido no hay riesgos. Los candados y la vigilancia en patrullas han vuelto a sellar cualquier acceso.
Investigación con todos los medios
Entre los detenidos por la Guardia Civil, siguiendo una instrucción protegida por el secreto de sumario que ha dirigido el Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional, hay personas con historial asociado al mundo del narcotráfico. Cómo terminará la investigación queda en el aire, puesto que aún existen eslabones de una cadena que pueden resultar claves. Pero el perfil de al menos uno de los arrestados deja buena muestra del alcance de los contactos que se tenían en el ámbito delincuencial.
Durante meses los agentes de la Benemérita encargados del caso se han implicado a fondo con operativos de todo tipo para conocer al detalle los movimientos de los detenidos: han dispuesto seguimientos para captar reuniones, controles y más recursos amparados judicialmente que les han servido para saber al detalle cómo se movía la droga, a quién se compraba, cómo se cargaba y quiénes podían ser los implicados y cooperadores necesarios para la comisión del delito.
El narcotúnel sirvió para canalizar el hachís que entraba directamente desde Marruecos. Esta semana altos mandos de fuerzas de seguridad del vecino país irrumpieron en el entorno fronterizo para hacer lo que hasta ahora no habían ejecutado a pesar de la petición expresa, vía comisión rogatoria, de la Audiencia Nacional.
Coordinación con Marruecos
Policía, Gendarmería y miembros de la cúpula de seguridad han, no solo inspeccionado viviendas ubicadas frente al arroyo, sino también recorrido la zona del vallado más próxima a la estación de la ITV.
Esta semana se han podido ver las imágenes que no se produjeron cuando se descubrió el túnel. Agentes de Asuntos Internos hablando en territorio español con mandos marroquíes mano a mano. Gestos, muestra de papeles, llamadas de teléfono, inspección de alcantarillas, mediciones… y cuantioso intercambio de información.
Ha sido el resultado de las relaciones diplomáticas al más alto nivel en torno al esclarecimiento de unos hechos gravísimos por las implicaciones que esto puede tener.
Unidades de Protección Civil de Marruecos han inspeccionado una de las viviendas que ya fue objeto de revisión la semana anterior a la hora de atar cabos sobre la vía de entrada de la droga.
16 días después de aquel primer gesto de la Guardia Civil que apuntaba al hallazgo de la infraestructura, queda por dar el paso que lleva esperando desde ese 19 de febrero la Audiencia Nacional: la comunicación completa de un lado a otro para lo que se debe contar con la cooperación marroquí en una incursión conjunta en la galería.
Las próximas semanas serán claves para que, si el tiempo lo permite, la Unidad de Reconocimiento del Subsuelo regrese a Ceuta por tercera vez e intente adentrarse en el túnel hasta llegar al final posible con la cooperación de un Marruecos que se encuentra en la tesitura de tener que depurar responsabilidades al más alto nivel ante la existencia de una infraestructura en plena zona fronteriza donde no solo hay vigilancia permanente de agentes, sino que además se cuenta con un destacamento militar fijo.
Según dicen los lugareños de Castillejos, hay muchos más túneles, y no solo en el Tarajal, sino también en Benzu. Por lo que se debería investigar con Georadar ese extremo.