Tres medicamentos han salido de las estanterías de las farmacias de Ceuta este mes de agosto. Bajo una orden de Sanidad, estos fármacos han sido retirados en todos los establecimientos españoles al presentar algún tipo de defecto.
Sin embargo, esta noticia no es nueva. Mario de Miguel, presidente del Colegio de Farmacéuticos de la ciudad, asegura que este tipo de acciones son habituales y que, en general, responden a pequeños fallos que no suponen un riesgo para la vida del consumidor.
Esta ocasión los tres que han sido evacuados a lo largo del mes de agosto han sido una preparación para inyectables, B.Braun; Fingolimod Glenmark y Clopidogrel Pensa comprimidos. Se trata de pequeños errores localizados en cada uno de ellos, razón que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha decidido retirarlos.
Los lotes fueron expulsados por distintos motivos. El primer fármaco fue al presentar un problema que comprometía su esterilidad; el segundo, por no cumplir con la cantidad de medicamento suficiente y, el último, por no tener la solubilidad fijada en sus especificaciones.
Ocho alertas en dos meses
No es poco común que se den este tipo de avisos. Son ocho alertas las que se han emitido en los dos últimos meses, según detalla De Miguel. A pesar de que de primeras esta información puede generar cierta inquietud, el presidente del Colegio de Farmacéuticos, garantiza que es algo frecuente y que habitualmente no supone un riesgo para la salud del paciente.
Este tipo de anuncios se transmiten desde varios canales, entre ellos, la propia Consejería de Sanidad de Ceuta, que debe comunicar este tipo de decisiones. “Esta hace especial hincapié en aquellos casos en los que saben que en Ceuta hay unidades”, comenta. “Está muy controlado. Cuando se sabe que ha habido alguna venta en la ciudad, nos indican para que revisemos las estanterías y sean devueltas”, añade.
Son las propias farmacéuticas las que suelen detectar estos equívocos y trasladar la información a la Agencia Española de Medicamentos o a la europea. “Hay que tener confianza en el sistema. Son los propios laboratorios los que se dan cuenta de que hay alguno que no ocupa sus propios controles internos. “Se produce de inmediato la paralización de la comercialización”, señala.
Otros avisos
La AESAN, encargada de la seguridad alimentaria a nivel nacional, también puede entrar en acción en estas situaciones cuando las alertas proceden de otros productos como, por ejemplo, leche infantil en polvo o potitos. Otros casos se corresponden a falsificaciones, que se dan, sobre todo, en artículos vinculados a la sexualidad. “Presumen de algunas cualidades y, después, se retiran porque, efectivamente, lo que esconden es un medicamento”, apunta. “Parece que son todos naturales y, en muchas ocasiones, lo que hay detrás es un fármaco incluido”, puntualiza De Miguel.
Ante esta oleada de imitaciones en Europa se han puesto manos a la obra y ha instalado un sistema para evitar su entrada. “España es uno de los países más avanzados en el continente en ese sentido. Todos traen un código QR y, para estar en el mercado, es obligatorio tenerlo. En las oficinas de farmacia, al hacer la dispensación, hay que tenerlo. Eso es una garantía de que hay uno único en cada caja”.
Los profesionales se cercioran con este método de que no se trata de una copia. “A nivel mundial hay riesgo y existen casos de plagios. Con esta técnica el territorio europeo se ha blindado para evitar la entrada de productos ilegales, duplicados o falsificados”, puntualiza.
La farmaceutica es la mafia mas grande del mundo