Lo tiene claro. Hubo dos disparos. El primero fue el que mató a su madre; el segundo, que impactó en una nevera, se produciría tras un forcejeo. La hija del policía local de Ceuta que está acusado de asesinar a su mujer es testigo clave en la vista judicial que se celebrará hasta este viernes con un Jurado como tribunal no profesional.
De los hombres y mujeres que lo conforman depende un veredicto: el de culpable o no culpable.
“No fue un accidente”, ha dicho la joven a preguntas del Ministerio Fiscal.
Cuando ocurrieron los hechos tenía 17 años. Tres días después de que mataran a su madre cumplía la mayoría de edad.
La personalidad del acusado
Protegida por un amplio biombo para no ver el rostro del acusado, ha ofrecido un testimonio en el que ha aportado datos significativos sobre la personalidad de su padre, sobre si existía un clima propio de una situación de violencia de género a pesar de no haber denuncias y sobre qué ocurrió aquel 14 de marzo en el hogar de Parques de Ceuta.
La joven ha descrito a su padre como una persona que siempre “quería estar por encima”, mientras que su madre “se quedaba callada”. Protagonizaba muchas discusiones en el hogar y mantenía una postura de superioridad. “Por encima de él no había nadie”, ha explicado.
Mediante el interrogatorio hecho por la Fiscalía se ha podido conocer que el acusado, según las declaraciones de su hija, quería saber siempre dónde estaba su mujer, la llamaba constantemente, era “celoso” y, por ejemplo, llegó a impedir que su propia esposa fuera a eventos sociales como una comida de trabajo para no coincidir con una compañera que se estaba separando.
Insultos y menosprecios
La joven ha indicado que su madre estaba más contenta cuando su padre no se encontraba a su lado y que los menosprecios que dirigía hacia la víctima también los ejercía contra ella, al decirle, por ejemplo, que “no valía un duro”.
A pesar de ese clima de tensión constante, insultos y menosprecios, ha indicado que nunca escuchó a su padre amenazar de muerte a su madre.
Sí que ofrecía una menor consideración o valía hacia la mujer.
Qué pasó la mañana del crimen
Sobre lo que sucedió ese 14 de marzo, la joven ha recordado cómo fue todo, cómo llegó su padre a casa y cómo desde su habitación escuchó “un grito de miedo” como “ahogado”.
Ha narrado que, al salir, vio a su padre sacar el arma y cargarla. Ella intentó que no disparara a su madre, pero lo hizo. Le empujó y forcejó con él para que no disparara más. Un segundo disparo impactó en la nevera de la cocina.
“Le intenté quitar el arma”, ha explicado la joven, llegando a agarrar la pistola por todos lados, de ahí que haya restos suyos.
Esa mañana hubo 3 llamadas, dos de la joven al 112 pidiendo auxilio porque su madre había recibido un disparo y otra del acusado a la sala de la Policía informando que se le había disparado el arma y había alcanzado a su mujer.
La pistola reglamentaria se encontraría después debajo de la cama del matrimonio.
Continuación esta tarde
Durante la sesión prevista para esta tarde se conocerán más datos aportados por la joven, ya que tiene que responder a las preguntas que formule la Defensa del acusado y la Acusación Particular.
En la exposición inicial de las partes se ha apreciado las dos líneas claves por las que se va a mover este caso. Por un lado, la de Fiscalía y Acusación Particular, que mantienen que el policía local es culpable de asesinato, destacando como móvil la existencia de una violencia de género, aunque nunca se denunciara.
Por otro lado, la Defensa. Insiste en que su cliente es inocente y mantiene que la bala que mató a Mª Ángeles fue disparada sin una premeditación, ya que previamente hubo un forcejeo entre su cliente y su hija.
Descarta que haya de trasfondo un caso de violencia de género, lo circunscribe a un caso de “salud mental”, aludiendo a las patologías psiquiátricas de su cliente, diagnosticadas, pero no tenidas en cuenta en una Policía Local que lo siguió manteniendo en activo y con pistola en su poder.
“A mi madre no le dejaba salir”
En la sesión de tarde, a preguntas del abogado de la Acusación Particular, Javier Cabillas, la joven ha explicado el control que tenía su padre sobre su madre con “llamadas constantes”, y sin “dejarle salir” con compañeros de trabajo.
El acusado accedía al móvil de la víctima, una mujer “triste y callada” que “no era feliz”.
La hija del matrimonio, testigo del crimen, ha indicado que ella forcejeó con su padre para intentar arrebatarle el arma una vez había disparado a su madre, pero sin tener nunca dominio de la pistola.
Después de lo ocurrido, tres años pasados, confiesa que tiene pesadillas, que se acuerda de lo sucedido y que tiene “un sentimiento de culpa” por no haber podido salvar a su madre.
“Tu padre no quiere culparte de nada”
En el turno de la Defensa, esta ha comenzado indicando a la testigo que su padre “no quiere culparte de nada”, que le quería a ella y a su hermano, pero que era un hombre enfermo.
Al final de su declaración la joven le ha indicado a la letrada que si su padre, el acusado, realmente le hubiera querido “no me hubiera arrebatado a mi madre”.
La abogada ha aludido a cuantiosas contradicciones entre declaraciones de la joven en Policía e Instrucción respecto de la vista celebrada este martes.
La joven se ha mantenido en su relato: el primer disparo fue hacia su madre y ella “nunca” apretó el gatillo, solo forcejeó para quitarle el arma al padre.
No si encima kieren culpar a la chica de matar a su madre esto es repugnante espero k lo k le kede de vida lo pasé de la peor manera posible y sufra todo minito a minuto
Repugnante defender mediante triquiñuelas, demoras y resquicios legales a criminales