Un marroquí fue acusado de esta agresión durante una avalancha ocurrida en noviembre
Visto para sentencia ha quedado el juicio contra M.B., quien en caso de ser declarado culpable sería condenado a dos años de prisión y al abono de una multa de dos meses a razón de 5 euros al día, es decir un total de 300, además de una indemnización a un agente de la Guardia Civil, por un delito de resistencia.
El Juzgado de lo Penal número 1 juzgó ayer estos hechos que se remontan al 27 de noviembre del pasado año en la frontera del Tarajal. Ese día se produjo una de las habituales avalanchas que tiene lugar en este paso, durante el cual el acusado, un marroquí con permiso de residencia en nuestra ciudad agarró supuestamente por el chaleco antibalas a uno de los agentes e intentó morderle, según el escrito de acusación.
En el forcejeo por soltarse, ambos cayeron al suelo, sufriendo algunas lesiones. Tanto el guardia civil herido como su compañero corroboraron su declaración, mientras que el acusado negó los hechos, asegurando que habían sido los dos agentes quienes le habían golpeado a él y que su única intención era cruzar a Marruecos para visitar a sus hijos.
El acusado negó los hechos, asegurando que fueron los agentes quienes le golpearon
Esa jornada del 27 de noviembre, más de 800 personas se acumularon en el entorno de la frontera, produciéndose una avalancha que, a duras penas, pudo controlar el escaso número de guardias civiles presentes. Horas después se cerraron las puertas para prevenir nuevas aglomeraciones y la salida se tuvo que efectuar de manera gradual, incluso por la parte de la puerta de entrada desde Marruecos a Ceuta.
Durante toda la tarde también se llevaron a cabo decomisos de gran cantidad de mercancías que fueron objeto de numerosas quejas por parte de los afectados. Los GRS también fueron activados en aras de evitar más altercados debido a la cantidad de personas acumuladas y la imposibilidad de controlar una situación ya habitual en las inmediaciones del Tarajal.
Las habituales colas en la N-352 también estuvieron presentes en esa jornada en la que incluso varios camiones se vieron atrapados hasta cinco horas en largas colas.