Quien fuera secretario de Estado de Seguridad a las órdenes del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, Rafael Pérez, ha comparecido in extremis y a través de videoconferencia para declarar como testigo en el juicio seguido en Ceuta por la devolución de menores marroquíes. Una vista que sienta en el banquillo a Mabel Deu y Salvadora Mateos.
Pero no solo hoy se ha contado con esta declaración, sino que, además, la Sala ha acordado un careo entre Pérez y Mabel Deu.
Pérez ha recordado que desde la Secretaría de Estado se envió una comunicación el 10 de agosto de 2021 a Delegación del Gobierno que versaba sobre el acuerdo entre España y Marruecos para retornar a los menores, respetando sus intereses y derechos, al objeto de garantizar su reunificación con las familias.
En dicha comunicación, que “no orden”, se concretaba que Marruecos debía garantizar los derechos de los menores entregados por España.
“Si fuera escrito mío lo habría firmado yo”, pero en este caso era de la Secretaría, ha puntualizado Pérez.
Relaciones políticas inexistentes
En ese periodo político no había comunicación entre España y Marruecos, las relaciones diplomáticas no existían, estaban rotas, pero desde Interior “siempre mantuvimos contactos y Marruecos nos manifestó que quería recoger a esos menores”.
“Compartimos materias de especial sensibilidad y por eso manteníamos contacto con ellos”, con Marruecos, pero las relaciones con España no eran buenas porque ni existían. “Las relaciones no estaban normalizadas por eso tuvimos que hacer una labor de interlocución”.
Una comunicación, “no una orden”
Ese hilo, el de Interior, era el único que mantenía el Gobierno de Pedro Sánchez con el vecino país, una especie de salvavidas para llevar a cabo acciones conjuntas.
Pérez ha señalado que ese mail enviado era “una comunicación, no una orden”. “Se envió desde mi propia secretaría”, pero no era una orden para que los menores fueran retornados firmada por él.
“Teníamos interlocución con Marruecos, quería aceptar los menores, quería que se devolvieran con sus familias”, pero ese comunicado que desencadenó todo no era una orden de acción, sino una exposición para plantear un contexto. Marruecos solicitaba a sus menores en aplicación del acuerdo marco de 2007.
Ninguna orden para incumplir la norma
“No dimos ninguna orden para que se incumpliera la normativa española”, ha dejado claro. “No hubo ninguna indicación de proceder a una devolución sin cumplir el procedimiento legal, obviamente no íbamos a proceder de esa manera”.
Pérez ha recalcado que el Ministerio del Interior no era competente en materia de menores, por lo que tampoco se habría respondido ordenando un cronograma de entrega de esos niños.
No ha sido capaz de recordar una llamada que habría mantenido con Juan Hernández, jefe de gabinete de la Delegación, en la que le mostraba su extrañeza, 24 horas después de ese correo, por la no expulsión aún de los niños. Pérez no ha recordado esa conversación.
Careo entre Pérez y Deu
Los menores fueron llevados sin resolución administrativa previa. Una medida que no fue amparada por el Ministerio al que estaba adscrito Pérez, tal y como hoy ha concretado ante el tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta.
Deu indicó que se le había garantizado que todo lo que se estaba haciendo era legal, en este caso, se trataba de ejecutar el acuerdo de 2007. Tenía la conciencia absoluta de que las decisiones tomadas estaban amparadas por la legalidad total asegurada por el Ministerio desde el que ahora, dice Pérez, no se había dado orden alguna.
La que fuera número 2 del Gobierno de Vivas envió una carta para saber cuál era el cronograma a seguir, citándose después una reunión en la frontera del Tarajal para poner en marcha ese acuerdo internacional que había ordenado el Ministerio.
Todos entendieron, Ciudad y Delegación, que el acuerdo marco se había activado por parte de Interior que, ahora, matiza que no era una orden.
Pérez aclara que lo que se dijo es que había disposición para recibir a los menores por parte de Marruecos, pero no se dio ninguna orden. “Confío en la profesionalidad de que actuaron bajo un convencimiento absoluto de la legalidad, pero que se diera la indicación de que esto era legal”… no, “pues solo se dio una comunicación, no unas instrucciones”.
Este señor, aparte de tener muy mala memoria, no tiene ni una pizca de hombría.