El jueves celebramos el día mundial de la Filosofía. Fue en Siete Colinas y asistieron alumnos de los institutos de Ceuta.
El salón de actos se convirtió en un espectáculo de libertad, de discusión, de ideas jóvenes enfrentándose con ideas clásicas.
El alumnado pudo saborear el significado de la palabra, el reto de no dejarse llevar por nada ni por nadie y el derecho a expresar su manera de ver la vida, sus esperanzas y sus derrotas, sus miedos y sus indignaciones sobre lo que sucede en tantos asuntos como la educación, la política, la naturaleza, los medios de comunicación y la ceguera colectiva.
Las utopías y las distopías son dimensiones imaginarias que trazan caminos invisibles a lo que seremos, a lo que esperamos: una revolución, una involución, un inconformismo que dibuja un cambio o una apatía que nos hace cómplices.
El cuidado de nosotros y de los demás, el ocio, el cuidado de la naturaleza...El Salón del Siete Colinas fue un bosque de manos levantadas hacia el cielo pidiendo la palabra, llenando de opiniones, réplicas y contrarréplicas que hacían eco en las mentes de los participantes.
Me pregunto el por qué tantas ausencias significativas: políticos, empresarios, profesores de otros institutos, cargos directivos de los centros, etc.
Sería bueno que parte de la comunidad educativa participara en este tipo de eventos para enriquecerse de esa aire fresco que sale de las aulas y quiere hablar con los que ocupan cargos siendo responsables de la enseñanza y de la construcción de la sociedad en todos sus ámbitos.
No pasa nada. Es normal desconectar cuando se termina la jornada laboral; pero en este tipo de actividades se dibujan bocetos de los intereses, las posibilidades, las carencias y los proyectos de mejora.
Acudir a la presentación de un libro, una conferencia, una exposición y a cualquier evento nos puede dar una perspectiva circunstancial para el análisis del tiempo que habitamos : cada uno somos protagonistas y juntos saldremos de la cueva platónica en la que nos quedaremos ciegos si no espabilamos.
¿Se imaginan una mesa de debate en la que se siente un político, el ayuntamiento, el Director Provincial de Educación, un inspector, la Delegación del Gobierno, el sindicato de estudiantes, la FAMPA, un periodista, un influencer, un director de instituto...
Todos estáis invitados para la próxima porque vuestra presencia es indispensable si queremos ponernos manos a la obra para ejercer el pensamiento crítico. Si nos atrevemos a ello, Ceuta será un referente de la educación en nuestro país.
La asociación de filosofía de Ceuta ha venido para quedarse.
Cosas como esta es lo que te hace pensar que todavía el sistema puede cambiar, que hay esperanza.
Entre tanto político corrupto y una sociedad apesebrada que salgan personas que luchen por cambiarla desde la filosofía o desde cualquier otra área está genial.
Buena lucha la que llevas Carlos en favor de una sociedad más justa e igualitaria.