El Presidente del Foro de la Educación de Ceuta (Ángel Gabarrón) ha presentado su dimisión como tal. Es un gesto de orgullo y dignidad que merece la pena valorar. Entre otros motivos, porque no suele ocurrir. En una Ciudad en la que estamos acostumbrados a agachar la cabeza y guardar silencio ante cualquier humillación, resulta extraño que una persona que ocupa un cargo público, anteponga sus convicciones a sus intereses.
El Foro de la Educación es un trampantojo que el MEFP se vio obligado a inventar cuando la presión que ejercía el profesorado de Ceuta ante la pertinaz discriminación que sufríamos, se hizo insoportable por intensa y masiva. Nos pretendieron “conformar” con el ya típico “sí pero no”. Es decir, como nuestra lamentable situación política impedía (sigue impidiendo) que tengamos un Consejo Escolar (como todos los territorios españoles), se les ocurrió apaciguarnos creando un órgano “sui géneris”, muy coqueto y resultón, con una composición similar a la de los Consejos Escolares. Con esto ya tenéis más que suficiente para “cuatro gatos” que sois y además “cobrando el plus de residencia” (mantra con el que empiezan y terminan todos los argumentos ministeriales ante cualquier reivindicación). Así debieron pensar. Y así se hizo.
La trampa era demasiado obvia. La prueba de ello es que el Foro de la Educación de Melilla (por ejemplo), dejó de funcionar hace once años y nadie lo echó de menos. En Ceuta fuimos más ilusos u optimistas (según se prefiera), y durante todo este tiempo, muchos agentes educativos nos esforzamos en darle contenido. Aun siendo conscientes del fraude original, y de su escasa relevancia, no dejamos de creer en que las aportaciones del Foro podrían tener alguna incidencia en el discurrir del mundo educativo local.
Al final, los hechos terminaron por darle la razón a Melilla. Las horas invertidas en debatir y acordar asuntos diversos en el Foro de la Educación de Ceuta no tuvieron nunca ni un triste remedo de resultado. Ningún responsable del MEFP, leyó siquiera uno de los acuerdos adoptados. Queremos destacar que está imputación de desinterés es válida para todos los equipos ministeriales desde el año dos mil (en este asunto, los partidos que han gobernado son indistinguibles).
Ángel Gabarrón, el Presidente dimisionario, es un docente que goza de un extraordinario prestigio en la Ciudad entre otras razones, porque ejerce su profesión con una contagiosa pasión. Asumió la responsabilidad de dirigir el Foro de manera muy entusiasta. Aunque tardó muy poco en percatarse de que se trataba de órgano inútil que sólo podría servir como una plataforma para exigir su propia extinción y alumbrar, por fin, la creación del Consejo Escolar de Ceuta. A ello se dedicó con abnegación y en ello empeñó su palabra. En colaboración con el Director Provincial consiguieron (que no es poco) que el Ministerio los escuchara. Pero hasta ahí. Como sucedió en su día, cuando se consigue poner al Ministerio frente al espejo de su propia ignominia (en este caso, con más motivo, tratándose de un gobierno que se autodenomina como “el más progresista de la democracia”), la única salida es inventar un “trampantojo”. En esta ocasión, el Ministerio ha ofrecido la posibilidad, de manera graciable, de designar dentro del cupo de “personas de reconocido prestigio” a los Presidentes de los Foros de Ceuta y Melilla. Habrán pensado, que con esto “los catetos” se conformarán y nos dejarán tranquilos. Afortunadamente para Ceuta, y para el colectivo docente, en esta ocasión han topado con una persona íntegra que no ha querido ser cómplice de la enésima burla que sufre esta Ciudad abandonada, discriminada y desatendida.
Lo ideal sería que el conjunto del profesorado diera continuidad a este gesto con un apoyo explícito en forma de movilización. Pero es difícil que esto suceda. Hay que ir pensando en el “puente” de la semana que viene.
Lo del puente sobraba
¿Qué se supone que tenemos que hacer? Estos también son muy valiente.
Si queréis huelga convocarla, así se verá si la gente realmente cree en vosotros.
La situación en Melilla no es como se describe. Se hicieron unas acciones específicas por parte de las AMPA, que mientras estuvieron activas durante unos años, no dejaron de exigir un Consejo Escolar.
Los sindicatos de profesorado en su conjunto, no hicieron nada