Elias Mahfoud, con sangre caballa por parte de su madre, nacida en Ceuta, ha sido nominado por los estudiantes de Kronängsskolan como mejor profesor y elegido por un jurado. En noviembre, tomará parte en la final del mejor de Suecia en la gala del profesor.
Eran varios profesores propuestos, pero, finalmente, fue Mahfoud el elegido, viviendo una grata experiencia tras años de trayectoria vocacional.
Raíces ceutíes
Este sueco con raíces ceutíes trabaja como profesor de inglés y pronto también será habilitado para enseñar historia y religión en el colegio en el que presta servicios desde 2018 en Kronängsskolan, en Vaxholm, una escuela de secundaria con alumnos de entre 13 y 16 años.
“Allí también soy förstelärare (algo así como profesor principal), y además de dar clases de inglés, participo en el trabajo del colegio con temas de sostenibilidad social”, adelantaba el joven antes de comenzar la entrevista con El Faro.
- Ha sido elegido por sus alumnos como maestro del año en Vaxholm, ¿cuáles fueron los motivos que llevaron a dicha elección?
- Según la motivación de los alumnos, me eligieron porque tengo mucha variedad en mis clases y soy creativo a la hora de enseñar. También intento estar siempre atento a los alumnos, tanto durante las clases como en los recreos, para que se sientan vistos, no solo como estudiantes que quieren mejorar en mi materia, sino también como personas.
"Para mí es un gran honor, de verdad. En cierto modo se siente como un reconocimiento"
- Estará en la final del mejor profesor de Suecia en la gala del profesor, ¿qué supone esto para usted y cómo está viviendo este momento? ¿Es un reconocimiento a su esfuerzo y dedicación?
- Para mí es un gran honor, de verdad. En cierto modo se siente como un reconocimiento a todo el tiempo y el esfuerzo que he dedicado para ofrecer la mejor enseñanza posible.
Pero también tengo alumnos maravillosos que me dan su apoyo y me lo reconocen muy a menudo, con comentarios positivos y cariño, así que de alguna manera ya tengo ese reconocimiento, sea o no el profesor del año (risas).
- ¿Cómo se sintió cuando sus alumnos lo eligieron a usted?
- Cuando me enteré, me emocioné mucho. Fue una alegría enorme y me sentí muy agradecido. La motivación que escribieron los alumnos fue muy bonita y reflejaba exactamente lo que intento conseguir como profesor.

- ¿Qué cree que es lo más importante para enseñar con calidad y cercanía y poder entablar una relación cercana con el alumnado para que lo tenga en tan alta estima?
- Aquí en Suecia somos bastante relajados en la relación entre profesores y alumnos, y eso ayuda mucho. Nos permite ser nosotros mismos en el aula y fuera de ella, y facilita que los alumnos se acerquen a nosotros.
Durante los recreos y la hora de la comida intento siempre moverme entre diferentes grupos de alumnos, para conocerlos como personas y no solo como “los que tengo que evaluar”.
También me apasiona mucho mi materia, y creo que eso se nota. A veces incluso logro que se entusiasmen con la gramática (risas).
Creo que es importante salir de la zona de confort, ser flexible y estar dispuesto a cambiar la forma de enseñar según la situación. A los alumnos les gusta cuando tienen voz y pueden participar en las clases; eso hace que se sientan más involucrados y motivados.
"Me eligieron porque tengo mucha variedad en mis clases, soy creativo a la hora de enseñar"
- Además, me ha contado un pajarito que se dedica a la música, ¿me puede contar un poquito sobre esta faceta suya?
- A diferencia de muchos en mi familia, el deporte nunca fue lo mío. Desde pequeño me atrajo más la música, y llevo años dedicándome a ella de forma semi-profesional.
He dado conciertos en Europa, tanto con banda como en solitario. Últimamente la música ha estado un poco en pausa, porque trabajo y estudio a tiempo completo, pero en 2026 voy a lanzar un disco con mi proyecto solista, Chez Ali.
- Sobre Ceuta, ¿tiene pensado volver pronto? ¿Qué es Ceuta para usted?
- En noviembre voy a ser papá, y tengo planes para viajar el año que viene para presentar a mi hija a la familia. Aunque ya no voy a Ceuta tan a menudo como antes, la ciudad significa mucho para mí.
Tengo recuerdos preciosos: llegar en el ferry y correr a Los Rosales para besar la frente de mi abuela, ir a bañarme con mis primos en el Chorrillo y coger cangrejos entre las piedras, o disfrutar de la feria y quemarme la lengua por comer buñuelos demasiado rápido. Son recuerdos que me acompañarán toda la vida.






