Si existe una zona excepcional de nuestro patrimonio y escasamente conocida por los ceutíes, es sin duda, el Castillo del Desnarigado.
Su inauguración, tras muchos años de trabajo se llevó a cabo en 1984. El verdadero artífice, de su recuperación para la ciudad, y siempre le estaremos agradecido, fue Julio Contreras Gómez, en un cuidado libro dejó escrito: “la zona monumental de El Desnarigado, formada por un entorno geográfico agreste e impresionante, un histórico y evocador Castillo y un Museo entrañable y sugestivo, constituye un conjunto armónico, donde la belleza y atractivo del envoltorio está en total consonancia con el valor histórico-artístico del contenido. Es pues, punto de paso obligado para cualquier visitante de Ceuta y lugar de disfrute y orgullo para todos los ceutíes amantes de su tierra”.
En su libro Julio Contreras nos pone en la situación histórica, donde detalla que las más antiguas referencias sobre el Castillo se remontan al año 1417. En esta lejana fecha, cuando apenas había trascurridos dos años de la toma de Ceuta por Juan I de Portugal, se produce un hecho singular protagonizado por el pirata berberisco llamado el Desnarigado. Este curioso apodo, que, inmediatamente fue trasferido al escenario de su luctuosa acción y las sucesivas fortificaciones que defendieron la playa inmediata, fue motivo, sin duda alguna, por el defecto, mutilación o incluso, falta total de su apéndice nasal, lógica consecuencia, por otra parte, de la azarosa vida que el destino le había reservado.
Abundando en este aspecto, hay que dejar constancia de dos referencias de escaso valor histórico (por no haber podido localizar las fuentes donde, posiblemente, estén registradas) pero de indudable interés y curiosidad, explica Contreras, donde un experimentado submarinista le aseguró haber leído: “El pirata berberisco que dio nombre al Castillo y su cala, era un esclavo condenado en las minas del Rif en los tiempos de la dominación musulmana. A todos los forzados que trabajaban en aquel lugar se les practicaba un profundo corte en el apéndice nasal al objeto de ser fácilmente reconocidos en caso de evasión. A pesar de tan salvaje medida, el protagonista de esta historia consiguió huir, acompañado de un pequeño grupo de seguidores, los que después de alcanzar la costa, se apoderaron de tres bajeles que les permitieron ejercer la piratería en las costas del Estrecho, con base en Ceuta”.
Sobre el origen del nombre, también escribió Manuel García de la Torre: “Dice la leyenda que él celebre pirata, tenia allí su casa, en el mismo montículo donde está ubicado el castillo y en la caleta de Torrecilla anclaba su nave. El castillo del pirata fue construido sobre el antiguo reducto del Siglo XVII y levantado en el Siglo XIX, proyectado por Ramón Carbonell. Consta de dos cuerpos unidos por el muro en que se abre la puerta de acceso y de cinco bóvedas, alojaba piezas de artillería. A principios del Siglo XX, dejó de prestar servicios, quedando desguarnecido hasta 1958 en que pasa a ser polvorín. En 1984 se concluyó su restauración y acondicionamiento para su empleo actual como Museo Militar. En él se conservan y exponen recuerdos y piezas de las distintas unidades vinculadas a la historia de Ceuta.
Quince años para su restauración
Finalizada la restauración e iniciada su rehabilitación, se procedió a la selección, traslado y montaje de todas las piezas y objetos que aportaron las distintas Unidades de la Guarnición para formar los primeros fondos del Museo. En consecuencia, el 5 de octubre de 1984, bajo la presidencia del capitán general de la II región militar, Ricardo Rias, acompañado del comandante general de Ceuta, Francisco Carroquino y del alcalde Francisco Fraiz. En el libro donde se detalla los pormenores se puede leer… “Como complemento de lo relatado en las dos partes que dividen esta sencilla obra, deseamos dejar constancia de que la oportunidad de publicar esta pequeña historia en el momento de inauguración del monumento, ha impedido hacer una descripción exacta de las Salas del Museo y los objetos en ellas depositados. Indudablemente, la espera ha sido larga, muy larga, casi de quince años, pero, en compensación, nos ha deparado la oportunidad de completar la historia del castillo con nuevas y sugerentes noticias que han sido producto de un mayor conocimiento e investigación sobre la historia de Ceuta y sus monumentos. El tiempo que casi todo lo puede y cura, ha sido afortunado e involuntario causante de la ampliación de esta repetida historia y sus obligadas rectificaciones”.
Escaramuza del Desnarigado en 1417
A menos, tenemos una constancia escrita de la existencia de este pirata en la zona costera del monte Hacho. El historiador portugués Jerónimo Mascarenhas en su “Historia de la Ciudad de Ceuta” escrita en 1648, dejó constancia de sus andanzas en las costas de la ciudad en 1417: “…Governadas por un valiente corsario, q´llamavan el desnarigado, i vino a la Almina una noche en una dellas, de quince bancos por banda, otra de trece, i la menor de doce; i de madrugada desembarcaron en una cala, q´la Almina tiene a la parte de levante. Dormian los escuchas, y pudieron executar, lo q´pretendian, sin ser sentidos, cogiéndolas por la mañana, i a otros quatro hombres, que ivan a llevar sus redes, i mucha mas gente cautivaran descuidada, si las voses de los primeros, i segundos no avisaran a otros, q´se caminaban a pescar, i otros exercicios”.
La crónica del historiador Mascarenhas, continua relatando que tras tener conocimiento de su desembarco el militar portugués Fernán Barreto, que se encontraba de guardia en la Almina, tocó rebato y acudieron un buen número de soldados, huyendo el corsario con algunas provisiones que saqueó a los pescadores que estaban en tierra. Al poco tiempo salieron varios barcos para repeler esta escaramuza del pirata.
Sobre la zona donde habitaba el Desnarigado, Mascarenhas reseña que en mayo de 1417 se quiso informar al Conde Pedro de Meneses del sitio, y de la disposición de un “aduar”, una especia de pequeño campamento. Que enviaron a Diego Vázquez en un Bergantín, bien armado para que reconociese el lugar y tomase tierra y que así lo realizó, tomando a varios prisioneros.
Se tiene constancia por un plano de 1693, que en esa zona existía una pequeña fortificación, donde el pirata se guarnecía, en los primeros años de la época portuguesa. Cabe pensar que era un perfecto conocedor de las costas ceutíes y, en particular, de la cala que luego llevó su nombre.
El historiador julio Contreras reseña que nada tiene, pues, de extraño que el reducto y murallas antiguas se remonten al siglo XV, o, incluso, épocas anteriores. Y concluye: “La fecha exacta o aproximada en que pudieron ser originalmente construidas la primitiva torre y sus aledaños muros, es algo imposible de determinar con fundamento por carecer de datos históricos fehacientes”.
Otra reseña histórica del podemos encontrar en lo escrito por el Presbítero Lucas Caro en “Historia de Ceuta” a finales del siglo XVIII: “… y dando la vuelta a la montaña se encuentra con el castillo del Desnarigado, fortaleza antigua, pues en aquellos tiempos se llamaba Finisterre y de allí se baja a un paraje que se llama la Torrecilla en donde hay una pequeña batería rasante puesta en la playa…“. Con estas definición Contreras concluye que “si esta denominación de Finis Terrae fuese rigurosamente cierta, no cabría otra alternativa que asignar a la época romana o bizantina de Ceuta la original construcción de aquella primitiva torre de vigilancia, pero, como dicha afirmación, nada descabellada por cierto, no indica la razón o fuente histórica en que está basada, deberá ser considerada, ortodoxamente, como simple hipótesis”, concluye el historiador Julio Contreras.
Museo Histórico Militar
En esencia, el Museo depende de la Comandancia general de Ceuta se compone de seis salas de exposición y otros lugares visitables.
En lo referente a las salas de exposiciones, cinco de ellas están ubicadas en la planta baja del cuerpo derecho y la sexta en el izquierdo. Las primeras son, sucesivamente, la sala de entrada o vestíbulo, conservada en su estado original, como asentamiento que fue de artillería; las salas de infantería, caballería e ingenieros, situadas, igualmente, en otros tantos asentamientos artilleros, y la de cuerpos y servicios diversos de la guarnición ceutí (intendencia, sanidad, farmacia, compañía de mar…) se encuentra en el antiguo almacén de pólvora. La sala del cuerpo izquierdo, en el antiguo alojamiento del destacamento del castillo, esta dedicada a artillería. Otras zonas donde se expone diverso material son el Torreón derecho, el patio y las azoteas del Castillo. Finalmente, el oratorio, se encuentra a continuación de la sala de cuerpos, en lo que fue polvorín o calabozo del fuerte.