La Primitiva Hermandad de los Nazarenos del Sagrado Descendimiento, Santa Cruz en Jerusalén, Santísimo Cristo del Buen Fin en su Traslado al Sepulcro y María Santísima de la Concepción ya lo tiene todo dispuesto para realizar su estación de penitencia este Viernes Santo, uno de los momentos más esperados de la Semana Santa de Ceuta.
Con todo el fervor y recogimiento que la caracteriza, esta Hermandad realizará su salida procesional desde el Oratorio de la Santa Cruz a las 00:05 horas, en plena madrugada del Viernes Santo. El oratorio, situado en una de las calles más estrechas y con más encanto de la ciudad, se convierte cada año en el epicentro de la devoción de muchos fieles que aguardan, en silencio y con emoción, el instante en que las puertas se abren y la cofradía comienza su recorrido.
El recorrido que tendrá la Hermandad
El itinerario previsto para esta estación penitencial es el siguiente: Pasaje del Silencio, Serrano Orive, Plaza de los Reyes, calle Camoens, Revellín, Plaza de la Constitución, con entrada en Carrera Oficial a la 01:10 horas y salida diez minutos después, a las 01:20 horas.
Posteriormente, continuará por las calles O’Donnell, Jáudenes, Victori Goñalons, nuevamente la Plaza de la Constitución, Paseo del Revellín, Camoens, Plaza de los Reyes, Serrano Orive y Pasaje del Silencio, para finalmente regresar a su templo, cerrando así un recorrido lleno de espiritualidad, solemnidad y tradición.
La incorporación de la imagen de María de Cleofás
Uno de los grandes hitos del pasado año fue la incorporación de la imagen de María de Cleofás, una obra del prestigioso imaginero Juan de Miñarro, quien también ha sido autor de otras imágenes del conjunto procesional.
Esta incorporación completó aún más el misterio del Descendimiento, quedando pendiente únicamente la llegada de la imagen de San Juan, prevista para un futuro próximo y que completará la escena del Sagrado Descendimiento.
La Hermandad vive esta nueva Semana Santa con el mismo respeto y responsabilidad que la han definido desde sus orígenes. Estos valores siguen muy presentes bajo el liderazgo de Ana Valero, hermana mayor desde hace dos años, aunque con una trayectoria de más de 30 años como miembro activo dentro de la corporación. Su experiencia, entrega y compromiso han sido fundamentales para guiar a la Hermandad en estos tiempos de crecimiento y renovación.
Una salida con más de 100 personas
Este año, la salida penitencial estará conformada por más de 100 personas, entre ellos 63 hermanos en el cortejo. De estos, 17 son servidores, distribuidos entre 10 dalmáticas, 4 pajes y 3 monaguillos. A ellos se suman los nazarenos y penitentes, que también forman parte de la Hermandad. Desde la refundación de la cofradía en los años 80, es imprescindible ser hermano para poder participar en la estación de penitencia.
Los nazarenos, conocidos como “hermanos de luz”, portan cirios y visten con la sobriedad propia de la Hermandad. Los penitentes, también llamados “hermanos de cruz”, realizan el recorrido portando cruces, en señal de penitencia y devoción.
Por su parte, los servidores se dividen en varias categorías: los turiferarios, vestidos de rojo, encargados del incienso; los de dalmática, que acompañan el paso de misterio; y los inmaculistas, que visten de celeste, en alusión a la Virgen María.
La cuadrilla de costaleros: 40 hombres
La cuadrilla de costaleros, formada por 40 hombres, será la encargada de portar el paso con el Cristo del Buen Fin y las imágenes que completan el grupo escultórico. Al frente estará, un año más, el capataz Antonio Vallejo, acompañado de dos contraguías, quienes dirigirán con precisión cada maniobra durante el recorrido.
Desde el año 2021, la Hermandad ha decidido mantener el cambio de sentido en su tránsito por la Carrera Oficial, realizándolo en sentido inverso, lo que ha permitido acortar el tiempo total del recorrido en aproximadamente una hora, facilitando así el regreso al Oratorio de forma más ágil y ordenada.
Todo está preparado para que el Descendimiento vuelva a recorrer las calles de Ceuta en una noche cargada de fe, silencio, y profundo recogimiento.