Mayo de 2021. Ceuta registra una entrada masiva de miles de marroquíes. En Delegación del Gobierno, aquello se vio como una segunda Marcha Verde. “Solo quedaba que pusieran la bandera de Marruecos en el Ayuntamiento y en la Delegación”, ha confesado quien fuera jefe de gabinete de Salvadora Mateos, Juan Hernández.
Él ha sido el primero en declarar en la vista judicial que ha comenzado este martes en la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta por la devolución de menores marroquíes llevada a cabo en agosto de 2021, que tiene sentadas en el banquillo a la exdelegada del Gobierno, Salvadora Mateos, y a la que fuera número 2 del Gobierno local, Mabel Deu.
Entre la hilera de testigos citados no se encuentra ni el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ni el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ni quien fuera secretario de Estado, Rafael Pérez, número 2 del ministro.
Pero a los tres ha mentado constantemente Hernández a la hora de atribuir las órdenes recibidas para trasladar a los primeros menores marroquíes a su país, después de haber cruzado una frontera sin vigilancia alguna.
La llamada y el mensaje de Interior
Hernández era una especie de “ojos” para Salvadora Mateos, integrante de su equipo de gabinete y quien recibió la luz verde para la repatriación de los menores a Marruecos.
Lo hizo por dos vías: primero una llamada telefónica en manos libres que escuchó el gabinete de Mateos y, segundo, una orden por escrito.
Hernández ha declarado durante hora y media sin salirse del guion a la hora de apuntar directamente a Madrid en cuanto a la responsabilidad de las repatriaciones de aquellos menores que ha terminado por dar pie a este procedimiento judicial.
El 10 de agosto, recibe esa llamada “en la que se me dice por parte del secretario de Estado que se ha puesto en marcha el acuerdo de repatriación de los menores firmado en 2007”.
La ciudad vivía una “situación anormal”, porque aquello fue una “invasión”. “Temimos una segunda Marcha Verde y por eso se avisó al Ejército”, ha relatado.
“El presidente del Gobierno dijo que iban a salir todos”, ha insistido, en relación a los marroquíes que habían cruzado en masa a nuestra ciudad. Se llamó y se mandó una instrucción que en Ceuta se cumplió.
Marlaska, el ministro que también es juez
“La instrucción parte del ministro, si dice que no, nadie pone nada en marcha esto”, ha dejado claro Hernández, que ha repetido en varias ocasiones la coletilla de que ese ministro, en alusión a Grande-Marlaska, no es un cualquiera, sino un juez.
“Hay una orden clara por parte del ministerio, esto no se le ocurrió a la delegada o a Mabel. No creo que el secretario de Estado le dé una orden a la delegada para que prevarique”, ha indicado.
Hernández ha insistido en que por parte de Madrid lo único que se encargó a Ceuta fue comprobar los recursos que Marruecos ponía en la frontera que garantizaran los derechos de los niños porque los iban a llevar con sus familias.
Eso fue lo que hicieron, constatando que los recursos eran “apabullantes”.
“Comprobamos que tenía un dispositivo hasta exagerado, tanto sanitario como de índole social. Tenían un centro en Rio Martil para más de 200 niños”, ha dicho.
Una orden de la que nunca se dudó
El escrito remitido de Madrid, aunque no tuviera membrete oficial, fue considerado una orden de iniciar la repatriación, de hecho, ese contenido era idéntico al mensaje dado en la llamada verbal.
En dicho documento “se ruega que la devolución de menores se lleve a cabo respetando sus derechos. Ese escrito era una orden, comprobar que esos medios estaban” y así se hizo.
A preguntas de la Fiscalía, Hernández ha insistido en que consideraban que se trataba de un mandato y que el mismo era ajustado a la norma y el derecho.
“Si la orden viene de un secretario de Estado no creo que vaya orientada a cumplir las normas fuera del ordenamiento jurídico. El secretario sabrá por qué ha dado esa orden. Es una orden que viene del Ministerio del Interior, habrá que investigar quien la dio”, ha insistido en una declaración que denotaba su enojo.
¿Cómo se aseguraron que los menores que se devolvían estaban registrados, respetando los más vulnerables? “Creo que la Ciudad había hecho un buen trabajo. Marruecos daba las garantías, el secretario de Estado nos decía eso. Lo que dice el secretario de Estado yo lo corroboro”, ha recalcado Hernández.
Era la primera vez que esto se hacía
“Era la primera vez que se hacía, pudo haber error, pero la orden la recibimos de donde la recibimos, las garantías las daba el secretario de Estado. Comprobamos que los recursos eran más que suficientes”, ha indicado entrando en un bucle del que no se ha salido en ningún momento y que apunta directamente a Madrid.
¿Pidieron asesoramiento jurídico?, se le ha preguntado. “Pero si es una orden dada desde el Ministerio del Interior… Es que, si no, el secretario de Estado no estaba haciendo las cosas bien”, ha respondido.
“Lo dice el secretario de Estado, el ministro y los jueces. Esto es un bucle, se lo debería contestar el secretario de Estado y el ministro”, ha espetado a la Fiscalía.
“Entiendo que no había duda por parte de nadie porque cuando se me da la orden verbal, de inmediato viene una por escrito. Nosotros no vamos a actuar a sabiendas de que hacemos algo mal. El secretario de Estado, Rafael Pérez, conocía los dramas que pasaban en la frontera”, ha añadido.
Era lo más parecido a una Marcha Verde
“Intentamos corregir todo, estoy orgulloso. Este señor, que es juez, dice que se ponga en marcha y lo dice en un escrito. No me van a sacar de aquí. Fue una situación verdaderamente alarmante. Se comentó que era lo más parecido a una Marcha Verde”, ha acotado.
Antes de la repatriación de los menores hubo una reunión que ha sido recordada en este juicio. Hernández ha indicado que no escuchó que, en la misma, la jefa del área de Menores, Antonia Palomo, apercibiera de que se estaba cometiendo una ilegalidad. Sí que recuerda que fue “irrespetuosa”.
“Ese día había autobuses en la frontera. Se habló de que estaban expectantes, nos dieron todas las garantías, que iban a tener garantías para atender a los menores. Marruecos, como estado soberano que ha firmado acuerdos de defensa de los derechos de los niños, estaba preparado con medios apabullantes. Le puedo garantizar que los medios estaban”.
“Nos decían que podían recibir a todos, Marruecos estaba dispuesto a acoger a todos los niños. En frontera nos decían que el problema lo tenemos nosotros, porque la ley lo prohíbe”.
“Todo se hizo conforme a directrices que creíamos que eran garantes porque nos lo decía un juez que era ministro. En la frontera, Palomo fue irrespetuosa con las autoridades marroquíes al reprocharles como trataban a sus hijos”.
“¿No escuchó a la señora Palomo advertir que aquello era una ilegalidad?”, se ha preguntado. “Yo sé que ella recriminaba el trato que se daba a los menores, con una falta de educación… Estaba con Mabel y el jefe de gabinete de Marruecos y ella fue irrespetuosa”.
¿Le consta si se comprobó que algún menor estaba en trámite de protección internacional? “No lo sé”, ha dicho.
¿La mera inclusión de un menor en una lista tenía un expediente detrás que indicara si era o no vulnerable? “No lo sé”, ha indicado, tampoco si se atendió el interés del niño de volver con su familia, “no le puedo contestar”.
¿No abrieron procedimiento para escuchar al menor si debía ser escuchado o no? “No tenía competencia alguna”.
“Sé que menores pidieron habeas corpus porque lo leí en la prensa”, ha añadido.
Acuerdo de repatriación en marcha
Hernández ha insistido en que “se había llegado a un acuerdo de repatriación, Marruecos da todas las garantías y solo tengo que comprobar que Marruecos tiene medios. Esa llamada hay testigos presentes. Es un problema de Estado, de supervivencia de Ceuta, el que lo quiera entender que lo entienda”.
“Todos nos alegramos de que se pusiera en marcha este procedimiento, no dudé nunca de que todo se hizo conforme a norma, la situación era excepcional igual que se puso el ejército en la calle y se devolvieron también personas”.
“Pensamos que era una Marcha Verde y por eso vino el presidente, que dijo que todos serán devueltos. Esto no es un reino de Taifas. Yo no sé enmarcar esto jurídicamente, pero creo que cumplimos ordenes que garantizaban, había medios más que suficientes”.
“Los que vivimos esos momentos sabíamos de la situación de excepcionalidad, no pensamos que fue contrario a norma”.
“Solo faltaba que se hubieran subido a la fachada de Delegación con la bandera de Marruecos”
“Era orden de incoar un procedimiento u orden de repatriar, tengo claro que a partir de ese momento se ponía en marcha la repatriación con las garantías de Marruecos y la de la Ciudad, habiendo estudiado la vulnerabilidad de los menores, que garantizaba que los niños pasarían en condiciones porque había garantías de que marruecos iba a entregar a cada niño a su hijo”, ha explicado.
“Para mí supuso una alegría, lo que hemos entendido como un conflicto gordo. Solo faltaba que se hubieran subido a la fachada de la Delegación y de la Ciudad y hubieran puesto la bandera de Marruecos”.
“Parece que no pasó nada, pero hubo un trabajo de las fuerzas de seguridad. Afortunadamente no ocurrió nada”.
“La orden era para iniciar un procedimiento de repatriación, nos produjo satisfacción. Los que dan las ordenes son los que deben garantizar que todo se hace bien. Nadie entendió esto de otra manera porque todos entendimos la excepcionalidad”, ha zanjado.
Esos días pasaron completamente todos los responsables y no responsables del respeto a ala LEGALIDAD.
Días anteriores y posteriores ya comenzó a disminuir el número de menores en Ceuta, la Frontera estaba cerrada para todos menos para ellos permitiéndose la salida, y la recepción por parte de la policía marroquí que eran alimentados por un catering pagado por Delegación del Gobierno.
Si quieres un argumento para una peli éste supera a cualquiera de Santiago Segura hijiji
No he sentido más vergüenza como español aquellos días . Falta de mando , Civil y militar , miles de marroquíes entrando en Ceuta, el Cristo del puente profanando. Dios que vergüenza.