La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 dictó este lunes sentencia condenatoria contra una mujer, la marroquí F.A., que fue detenida por la Guardia Civil en agosto de este año con 3,5 kilos de hachís adosados a su cintura. Así cruzó el paso fronterizo del Tarajal y así la detuvieron los agentes sorprendidos por su actitud nerviosa.
F.A. fue cacheada y se le encontró la droga adosada al cuerpo, una cantidad valorada en 5.861 euros. Tras su presentación ante su señoría, reconoció los hechos por lo que no fue necesaria la celebración de juicio sino que se alcanzó una conformidad entre las partes. La pena dictada es de 3 años y 9 meses, por un delito contra la salud pública de notoria importancia y con el agravante de reincidencia.
Una vez que cumpla los dos tercios de su condena, será expulsada a Marruecos bajo el apercibimiento de que no podrá acceder a territorio nacional en un tiempo establecido de cinco años.
Este no fue el único juicio relacionado con tráfico de drogas que estaba señalado este lunes. Otras dos personas reconocieron su implicación en estas prácticas aceptando penas bajo la figura jurídica de la conformidad.
Así fue para el llamado B.T., detenido en el puerto con 26 kilos de hachís escondidos en su coche. Fue interceptado en la estación marítima y en la jornada de este lunes se le impuso una pena de 3 años y 4 meses de prisión, periodo que deberá cumplir en España al justificarse su arraigo en nuestro país.
Otro marroquí fue condenado a 3 años y 4 meses de cárcel por embarcar con aproximadamente 20 kilos de hachís escondidos en su vehículo. Fue interceptado por la Guardia Civil en el puerto con la droga escondida en un doble fondo. El acusado aceptó la pena y el pago de 35.000 euros en concepto de multa, adecuado al valor de la mercancía aprehendida.
Al tratarse de un ciudadano marroquí deberá cumplir dos tercios de la condena en la cárcel de España mientras que el resto de la pena se sustituye por expulsión del territorio nacional durante cinco años.
En los tres casos relacionados con el tráfico de drogas se aplicaron conformidades sin que fuera necesario por tanto la celebración de las vistas judiciales correspondientes a cada caso.