El capital está orientado en su mayoría al desarrollo de programas de formación en torno al respeto y cuidado del entorno. Es tan solo una parte del presupuesto total del que dispone la empresa municipal, un capital que alcanza los 166.097 euros, según las estimaciones trasladadas a este periódico.
Actualmente el plan es tan solo un borrador que aún debe pasar por algún que otro trámite hasta que tome una forma definitiva. Ya cuenta con el visto bueno de Obimasa en lo que se refiere a aspectos técnicos y queda a la espera de la redacción del informe jurídico sobre cómo desarrollar el procedimiento de aprobación en la ciudad.
Son varios los puntos los que conforman este documento y el sexto es, quizás, uno de los más relevantes. Esta cláusula reúne todos los objetivos, ejes y acciones a llevar a cabo una vez que este proyecto se materialice. Son, en total, seis bloques que incluyen 23 propósitos específicos y 153 actuaciones. El 73,20% de los pasos planteados promueve la cooperación en materia de sostenibilidad entre actores semejantes o dispares. Por debajo de este número, el 49% están orientadas a iniciativas que deben ser impulsadas por parte de la Ciudad o por entes externos ya sea de modo independiente o colaborativo.
El 39,22% lo ocupan las directrices que deben guiar el ejercicio competencial de las distintas áreas del Gobierno local, de compañías públicas y de entidades asociadas. El menor porcentaje, un 11,76%, pertenece a recomendaciones para otros participantes como, por ejemplo, la Administración General del Estado.
Tres encuentros
Este escrito se desarrolló en tres sesiones presenciales en el año 2023 y contó con perfiles tanto internos como externos. La finalidad de estos encuentros no era otra que recabar sus diferentes opiniones para elaborar las líneas a seguir y a poner en marcha. Las dos caras de la moneda recogen, por un lado, a los distintas consejerías, agencias o entes no privados y, por otro, otras administraciones a nivel nacional, organizaciones comerciales, asociaciones vecinales, medios de comunicación, centros educativos o ecologistas entre otros.
El pasado 4 de junio, se hizo entrega a Obimasa del resultado final de este esfuerzo. La redacción quedó clasificada en 8 puntos reflejados en 139 páginas, sin añadir los anexos en la cifra. El mismo plasma todo el fruto de este proceso de implicación activa previo a la elaboración del texto. A su vez, este no solo reúne el camino a transitar para lograr aplicar la estrategia. Conforma también “un diagnóstico socioambiental de la ciudad”.
Problemas en Ceuta en la materia
Este análisis saca a la palestra diversos problemas que suceden en la ciudad, especialmente la gestión de residuos, la interacción humana con la fauna salvaje e incluso los efectos de la interrelación entre especies. A ello se une la falta de educación ambiental en la ciudad. “Existe un poco conciencia ambiental en general en la sociedad. Es un gran problema. De hecho, es la base de todos los demás”, señaló José Gracia, coordinador de la asistencia técnica del proyecto durante el acto de presentación del mismo. “Hasta ahora la educación ambiental que se viene haciendo no es la que se necesita”, lamentó. “También se trata de aprender a comprender la educación ambiental. No es solamente hacer actividades escolares. Ellos no deciden en lo que se compra. No tienen poder de decisión en sus casas. No tienen competencias en los hogares sobre las políticas ciudadanas y domésticas”, precisó. A su vez, esta estrategia también contempla el contexto social, ya que se considera que “no hay solución para los problemas de la tierra si no la hay para los de las personas”, tal y como indicó Gracia.