Quieren manchar sus manos de barro. Ponerse en marcha y ayudar en todo lo posible a todos los que han visto cómo han perdido sus casas y, en los peores casos, sus seres queridos. No pueden realizar el viaje por causas personales, pero estos jóvenes de Ceuta tampoco se han quedado de brazos cruzados.
Así, han emprendido una campaña de recogida de enseres para enviarlos en furgones este domingo. Forman parte del grupo de nuevas generaciones de la hermandad de Los Remedios y ellos se encargan de gestionar esta iniciativa. Ya está en trámites toda la documentación pertinente para permitir el paso de todos los productos por el Estrecho.
Se turnan para atender a todos los ciudadanos que llegan a las puertas de la parroquia, donde almacenan como buenamente pueden todas las donaciones recibidas. Están por las mañanas de 11:00 a 13:00 y por las tardes desde las 18:00 hasta las 21:00 horas. Todo el que desee aportar su grano de arena podrá hacerlo.
Al inicio, colocaron las primeras en una zona más espaciosa llena de bancos. La gran cantidad de objetos los ha llevado a usar la capilla e incluso zonas interiores del templo para almacenarlos.
Ceuta entregada
Carritos, cunas, botes de lejía, paquetes de agua y otros productos se amontonan alrededor de Sandro Ruiz y tres chicas. Se responsabilizan de la recolecta de las primeras horas. Todos los días hay entre 5 y 9 integrantes de esta sección a cargo de las labores de recepción.
Él está al frente de este grupo. Se sorprende de forma grata por todo lo que han conseguido recaudar. “Gracias a dios, la gente ha respondido. Ceuta está entregada a Valencia”, expone. Ellos también se han involucrado todo lo posible. “Muchos estamos aquí, aunque tengamos clase”, menciona.
“Teníamos que empezar este martes en teoría, pero el lunes ya empezaron a traer cosas por el boca a boca”, comenta. Son numerosas las personas que se han interesado por la propuesta de estos jóvenes e incluso hay marcas o entidades que quieren arrimar el hombro. Recientemente estuvo en contacto con ellos la propia UGR.
Cuenta cómo una de las ceutíes que se acercó a la parroquia tiene una prima que vive en el territorio dañado por la DANA. Recuerda cómo ella se conmovió al explicarle los testimonios que le llegan a través de esta familiar.
Han querido también tener un gesto de apoyo más simbólico. Es por este motivo por el que han colocado un niño Jesús próximo a la recolecta, ya que esta talla procede de Valencia. La intención ha sido doble. Quieren con este pequeño detalle recordar a los niños que son testigos de un duro día a día.
Hay misa y habla en voz baja. Esperan recaudar más, pero sabe que pronto convendría organizarlo todo para cargarlo en furgones o coches. Una mujer reza en la primera banca frente al altar. Ora a la virgen María por Valencia y lo hace en voz alta para que el gobierno les ayude “para que salgan adelante”.
Estas palabras reflejan probablemente el deseo de muchos ceutíes que contemplan, a lo lejos, cómo aún queda mucho por hacer y, sobre todo, cómo es de necesario para estos vecinos valencianos volver a la normalidad.