Una práctica habitual entre quienes buscan vivienda de alquiler se está convirtiendo en terreno fértil para los fraudes digitales. Así lo ha advertido recientemente el Banco de España, que lanza una alerta a los ciudadanos sobre el riesgo de efectuar transferencias bancarias como señal o anticipo sin tener garantías legales. La advertencia ha sido recogida por COPE, medio cuya delegación en Ceuta forma parte del Grupo Faro, y llega en un momento de especial tensión en el mercado inmobiliario español, con menos oferta y precios en constante ascenso.
La reducción de la oferta a nivel nacional ha generado un clima de desesperación entre muchos inquilinos, que se ven empujados a tomar decisiones apresuradas con tal de asegurar una vivienda.
El peligro de la transferencia dinero sin contrato
En ese contexto, una de las prácticas más extendidas es la de enviar una transferencia como 'reserva' de la vivienda antes de firmar ningún contrato. Aunque esta vía puede parecer cómoda y directa, el Banco de España advierte que conlleva un riesgo elevado: muchas de estas transferencias se convierten en trampas perfectas para los estafadores.
El organismo recuerda que las transferencias son, en términos legales, mandatos de pago irrevocables. “Antes de proceder, piénsatelo bien, porque las transferencias son mandatos de pago irrevocables”, advierte literalmente el Banco de España en una reciente comunicación pública. Esto significa que, una vez realizada la operación, no hay vuelta atrás, salvo que el receptor del dinero lo devuelva voluntariamente o exista una resolución judicial que obligue a la devolución.
Cómo operan las estafas
La mecánica es sencilla en las estafas pero eficaz. En los principales portales de alquiler y compraventa de viviendas –como Idealista, Fotocasa o similares– aparecen anuncios de casas espectaculares a precios muy atractivos. El supuesto arrendador contacta rápidamente con el interesado y le exige una transferencia como prueba de compromiso o 'garantía' para reservar el piso. Sin contrato, sin visita física y, en muchos casos, sin siquiera una videollamada que muestre el inmueble real. Una vez recibido el dinero, desaparece cualquier rastro del anunciante.
Este tipo de estafa ha proliferado especialmente en los últimos meses, aprovechando la urgencia de los inquilinos por encontrar alojamiento, y la comodidad que muchas personas encuentran en cerrar acuerdos a distancia.
¿Qué hacer si ya has sido víctima?
En caso de haber caído en una de estas trampas, el Banco de España recomienda actuar con la mayor rapidez posible. El primer paso debe ser contactar de inmediato con la entidad bancaria emisora de la transferencia. En ocasiones, si el proceso de ejecución no se ha completado, es posible bloquear el envío del dinero.
Paralelamente, se aconseja acudir a la Policía Nacional o Guardia Civil para presentar una denuncia formal, acompañada de toda la documentación posible: capturas de pantalla, correos electrónicos, falsos contratos y cualquier otra prueba que pueda servir para identificar al estafador. Aunque recuperar el dinero no está garantizado, este procedimiento facilita las labores policiales y judiciales para dar con los responsables.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), también se insiste en que la mejor defensa frente a este tipo de fraude es la prevención. Antes de enviar dinero, es esencial verificar la identidad del arrendador, exigir un contrato formal y, si es posible, realizar una visita física al inmueble o al menos una videollamada que demuestre la veracidad de la oferta.
Recomendaciones para evitar ser engañado
Para evitar ser víctima de estas prácticas fraudulentas, las autoridades recomiendan:
- No realizar pagos por adelantado sin contrato firmado.
- Desconfiar de precios muy por debajo del mercado.
- Verificar la identidad del arrendador.
- Exigir documentación legal del inmueble.
- Evitar intermediarios que no estén vinculados a agencias inmobiliarias oficiales.
- Consultar opiniones en foros o redes sobre la vivienda o el contacto.
La advertencia del Banco de España pone el foco en un problema creciente que afecta a miles de ciudadanos cada año. Y aunque el marco legal protege hasta cierto punto a las víctimas, lo más eficaz sigue siendo actuar con prudencia antes de realizar cualquier transferencia relacionada con el alquiler de una vivienda.