Ha convertido el delito en su medio de vida. Es al menos lo que se percibe de una hoja histórico penal que atesora cuantiosas sentencias por robos o hurtos. Ahora, la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha condenado al llamado N.Y.A. por hacerse con la caja registradora de un restaurante ubicado en Juan Carlos I.
No ha tenido dudas atendiendo las testificales escuchadas en la vista oral celebrada el pasado 22 de mayo, pero también de acuerdo con el vídeo de las cámaras de seguridad de las que dispone el local.
Se le imponen 18 meses de prisión por delito de hurto, pena que además debe cumplir, como también el pago de 1.548 euros por los efectos sustraídos, tanto el dinero (1.500) como los daños en la caja registradora (48).
Es la pena máxima, tal y como solicitó la Fiscalía. Su pasado ha sido tenido en cuenta a la hora de denegar cualquier posible beneficio de suspensión.
La carrera delictiva del condenado
La particular carrera delictiva de N.Y.A. seguirá bloqueada entre rejas. En sentencia, a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro, se hacen constar las cuantiosas condenas por delitos patrimoniales que “denotan que ha hecho del delito su medio de vida sin que las penas impuestas con anterioridad hayan surtido los efectos pretendidos”, apunta la magistrada.
Así, se considera probado que sobre la una y media de la madrugada del 25 de enero de 2024, el acusado accedió al restaurante ubicado en Juan Carlos I, cogió la caja registradora y se apoderó de los 1.500 euros que había y de dos llaves de arranque de un par de motos.
Para su condena, se ha tenido en cuenta la declaración del acusado, las testificales y el vídeo.
La prueba del vídeo
En esa prueba videográfica, se ve al ahora condenado cogiendo la caja. En ese vídeo le reconoció no solo la dueña del local sino también un policía nacional debido a los cuantiosos antecedentes penales que le han convertido en un habitual en los juzgados y en los calabozos. Tiene, de hecho, 22 antecedentes.
El acusado no tuvo que forzar la puerta para entrar ya que estaba abierta, por eso no se le ha condenado por delito de robo con fuerza, sino por hurto. La dueña sabía que había ese dinero en la caja, ya que el encargado se lo dijo antes de marcharse. No miente, la magistrada ha valorado que el relato tiene fundamento.
Esa grabación fue expuesta en la vista oral y ha sido determinante como prueba a la hora de sostener una condena.
La versión "ilógica" del acusado
No así la versión del acusado, que es “ilógica, incoherente y contradictoria”. Primero manifestó que era el que aparece en el vídeo, para después decir que no, indicando que lo habían manipulado, que todo era un montaje para implicarle en esa sustracción de dinero, presentando además una denuncia contra él por represalias asociadas al mundo de las drogas.
Dijo que cuando saliera de la cárcel los iba a matar a todos. Ese fue el contenido del derecho a la última palabra ofrecida.
“Es un moro listo y tengo ganas de matarlo ya”, indicó, señalando que todo había sido una artimaña del denunciante para esconder el dinero que le deben de la droga, negando que entrara en su local para llevarse la caja fuerte.
La magistrada no le ha creído dictándose sentencia condenatoria que, además, tendrá que cumplir ya que le pesa el historial de delitos siempre asociados a la misma tipología.
Precisamente los hurtos y robos con fuerza son recogidos en el reciente balance que sobre criminalidad ha publicado el Ministerio del Interior en este 2025.