La planta de transferencia de residuos de Ceuta cuenta con unas instalaciones que tendrán que someterse a una serie de reformas no solo por su mal estado, sino por la presencia de materiales que pueden ser perjudiciales para la salud de quienes allí realizan su labor.
La Ciudad ha sacado a concurso la gestión de esta instalación por un periodo de diez años y una cifra 86,2 millones de euros. La contratación de este servicio responde al cumplimiento de la legislación vigente sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular, que establece como competencia obligatoria de las entidades locales la recogida, el transporte y el tratamiento de los restos domésticos.
No obstante, la Consejería de Fomento ha elaborado un informe en el que recoge que este centro de tratamiento necesita una remodelación integral porque es necesario reemplazar los elementos de cobertura de fibrocemento de las naves en las que se desarrollan las operaciones, que contienen amianto.
Además del deterioro de las naves, el estudio señala que hay “riesgo para la salud por tratarse el amianto de un material altamente peligroso cuando se deteriora y sus fibras se liberan al aire. La inhalación de estas fibras puede causar enfermedades graves como cáncer de pulmón, asbestosis y mesotelioma pleural maligno”.
Una vida útil que ya se ha superado
Las estructuras de fibrocemento con amianto tienen una vida útil limitada, generalmente de unos 35 años. La mayoría de las cubiertas con este material de la planta de tratamiento de Ceuta “ya han superado su vida útil y están deterioradas, lo que aumenta el riesgo de liberación de fibras de amianto”.
Esas son las razones por las que la consejería considera que es “fundamental reemplazar las cubiertas de fibrocemento con amianto para proteger la salud de los usuarios y cumplir así con la normativa vigente”. En ese sentido, señala que hay una legislación nacional que establece que está prohibido el uso del amianto debido a sus riesgos para la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el amianto como sustancia nociva en 1977 y en España es ilegal su instalación desde 2022. Además, hay una normativa comunitaria, en la que Europa ha establecido el año 2032 como límite de tiempo para eliminar el amianto de todas las estructuras de los países de la Unión.
En el caso de la planta de transferencia de residuos, presenta dos cubiertas a dos aguas de una longitud aproximada de 21 metros de desarrollo y cuyo ancho total cubre una edificación de unos 20 metros de ancho en dos vanos de diez metros.
Antigüedad y falta de conservación
El estado de conservación de la cubierta es deficiente, aunque mantiene la estanqueidad y no presenta riesgo de colapso. Existe “formación de materia orgánica en gran parte de su superficie, así como corrosión de los elementos de fijación que quedan expuestos”. No obstante, la estructura metálica interna se encuentra en buenas condiciones, aunque la antigüedad y falta de conservación ha afectado al revestimiento de la estructura, especialmente “a las correas que presentan cierto relieve derivado del inicio de procesos de degradación que se deben subsanar en la medida de lo posible”.
Además de las afecciones que afectan directamente a la cubierta, existen otras deficiencias muy relacionadas “que deben ser igualmente subsanadas”. En este sentido destacan por un lado la corrosión y descomposición del canalón de acero existente entre dos de las cubiertas.
Estas actuaciones deberán ser tenidas en cuenta por la empresa que resulte adjudicataria del servicio, de manera que tendrá que asumir la restauración de las naves y la retirada del amianto, una obra que el informe de la Ciudad cuantifica en unos 166.00 euros.
El hecho de que el amianto esté considerado como un material peligroso y con riesgos para la salud, obliga a que su retirada se realice con una serie de instrucciones precisas en materia de seguridad y salud. Una vez culminado ese proceso, será una empresa especializada en la gestión de restos peligrosos la que tiene que hacerse cargo de los mismos.
Una zona de descontaminación
En el informe se precisa en ese sentido que, para la gestión de los residuos generados, especialmente peligrosos por su contenido en amianto, se plantean un conjunto de medidas complementarias, como el uso de material de protección colectivo e individual específico, la adecuada delimitación de una zona de tratamiento para los residuos, donde se incluyen vallados, elementos para la limpieza, elementos de protección o una caseta de descontaminación. También será necesario el plastificado y paletizado de los residuos para su montaje en camión y traslado a un gestor autorizado.
La planta de transferencia, en las estribaciones del monte Hacho, en el entorno de Santa Catalina y cerca al Cementerio Municipal, presenta un conjunto de construcciones de tipo industrial y una nave que se destina a talleres y estancias complementarias de oficina.
Se trata de una nave industrial que presenta una compartimentación interna orientada principalmente al uso de taller y complementariamente a vestuario y oficina. Está formada por dos cubiertas a dos aguas adosadas lateralmente cuya unión es una recogida de aguas. El acabado de la cubierta es de placas de fibrocemento con amianto, un material que legalmente hay que sustituir.
La sustitución de las cubiertas por la presencia de este material peligroso no es una obra excesivamente complicada. De hecho, en el caso de la planta de transferencia de residuos de Ceuta se ha estimado que en un plazo de unos tres meses podría ejecutarse, si bien la complejidad de las operaciones estriba en que debe ser una empresa especializada la que debe acometerlas.
Las chapas de amiantos mientras no se panipulen no pasa nada. Yo llevo viviendo 80 años bajo un techo de amianto y aqui estoy escribiendo este comentario a sin que dejaros de decir que produce cancer. Yo creo que produce mas enfermedades los embases y algunos alimentos de los productos que compramos a diario, que todas las chapas de amianto juntas en el mundo .