Qué puede pasar por la vida de una persona para ofrecerse a un pase de hachís que probablemente terminará con sus huesos en la cárcel. Es la duda que queda permanente tras la celebración de cada juicio contra la salud pública en Ceuta. La duda que asoma al presenciar el amplio abanico de perfiles de acusados que terminan aceptando penas de prisión.
Este martes J.A.R.G., natural de Cádiz y con 64 años a sus espaldas, aceptó la imposición de una condena de 3 años y 4 meses de cárcel tras haber intentado embarcar ocultando 33 kilos de hachís.
La Guardia Civil detectó la droga y procedió entonces a su detención. Ahora la magistrada titular del Juzgado de lo Penal 1 se ha encargado de dictar sentencia condenatoria firme.
Dos agentes de la Policía Nacional procedieron al traslado del ya condenado a prisión controlando a una persona que rompe con el perfil más común de traficante. Por qué lo hizo se sitúa ya en la privacidad de una errónea decisión que le ha llevado a la peor de las consecuencias, la pérdida de su libertad.
El 10 de noviembre de este mismo año, J.A.R.G. decidía embarcar ocultando varios bloques de hachís en el depósito de combustible del coche BMW que conducía y que era propiedad de otra persona. La narcótica sustancia fue retirada por los agentes destacados en el control del puerto y tras su análisis se hizo constar la tasación económica del cargamento: 224.321 euros.
El acusado reconoció el delito y aceptó esta condena que contempla la aplicación de la agravante de notoria importancia debido a la cantidad de droga que portaba y cuyo destino pasa por su destrucción. Esa sustancia iba a ser dedicada al tráfico por lo que la condena se fija por la comisión de un delito contra la salud pública.
¿Es de origen suizo o japonés?
Ironías aparte, siempre sale algún que otro desalmado en las redes, acusando y criminalizando a nuestra Comunidad, aprovechando esos momentos en los que por las siglas de su nombre y apellidos, o por lo pequeña que es esta "bendita" ciudad, se nos vilipendia de forma gratuita e interesada en las redes sociales por algunos individuos carentes de moral e intelecto.