Este miércoles ha tenido lugar una mesa redonda en la que ingenieros industriales, restauradores y la propia Cámara de Comercio de Ceuta han intercambiado opiniones y propuestas sobre la necesaria convivencia entre las terrazas de bares y restaurantes, los transeúntes y los propios vecinos, respetando el derecho a desarrollar su negocio de los primeros y el de tener traquilidad y paso de los segundos.
Este debate de la Semana Gastronómica ha contado con la participación de Quino Blanco, representante de los empresarios de hostelería; Joaquín Mollinedo, secretario general de la Cámara de Comercio; y los ingenieros industriales José Fernández y Carlos Laracho; moderados por Manu Balanzino, periodista especializado en restauración y auténtico maestro de ceremonias de este evento organizado por la Cámara de Comercio.
Entre el público se contaba con una numerosa asistencia por parte de los propios empresarios de hostelería, que estaban prestos a escuchar cuanto se tenía que decir desde las distintas partes al hilo de una temática que trae de cabeza a empresarios y municipios.
Cada uno expuso la visión desde la perspectiva, destacando que, en cualquiera de los cuatro casos, sus opiniones se han vertebrado alrededor de la necesidad de proponer soluciones con el objetivo de permitir que se desarrolle el sector de forma adecuada.
Blanco señaló que es una problemática que origina numerosas dificultades a los empresarios, tanto que ha afirmado “que no hay una sola, o muy pocas terrazas legales en Ceuta” dada la rigidez de requisitos, que no facilitan el trabajo del empresariado.
Toldos, veladores, fijos, movibles, qué cantidad de sillas y mesas y ocupar espacio público son los problemas en torno a los que giran las preocupaciones, sin olvidar la generación del ruido y la posibilidad de facilitar estas infraestructuras en los núcleos históricos de las ciudades. Respecto a este asunto, Quino Blanco, del restaurante La Barraca, señaló que llevaba “desde hacía 17 años esperando una licencia de apertura de un local de restauración que nunca ha llegado, renunciando a este espacio y trasladando a esos trabajadores a otros negocios de restauración”.
Carlos Laracho y José Fernández han apuntado que lo más urgente en estos casos, si se trata de una ordenanza antigua la que afecta a las terrazas, es actualizarla. Flexibilizar las exigencias delas terrazas resulta también fundamental, sobre todo cuando las condiciones climáticas acompañan a los territorios (como es el caso de Ceuta). “Existen ya medios técnicos que resultan perfectos para su aplicación y que ayudan a hacer de la convivencia entre los negocios y los ciudadanos”, han manifestado, “aunque es necesario tener voluntad para favorecer esta ayuda al empresario sin faltar a la tranquilidad del ciudadano”.
Fernández apuntó, además, a la necesidad de crear una simbiosis entre el empresario y el ciudadano, con una ordenanza en la que se puedan poner sillas, mesas y toldos, en zonas de la vía pública cumpliendo unos requisitos públicos que son los que le indiquen al organismo que lo regule, su viabilidad para que este equilibrio ciudadano-empresario no se quiebre.
Joaquín Mollinedo ha señalado que desde la Cámara de Comercio se han comprometido a pagar un estudio en profundidad que proponga soluciones versátiles para todos los problemas que genera la actual ordenanza de terrazas que rige en la Ciudad Autónoma, un proyecto riguroso que esperan que esté finalizado antes de dar por terminado este año.
La Cámara ha mostrado su confianza en poder llegar a un acercamiento y que el espíritu de entendimiento esté marcado, en lugar de por “buscar oposiciones, buscar soluciones”, ha señalado el secretario la entidad cameral, teniendo presente que muchos de los negocios precisan de las terrazas para subsistir.
“Si se aspira a este cambio del modelo económico del que tanto se está hablando últimamente y que ya está marcha, hay que dar también soluciones de ocio, para todos aquellos que aspiramos que implanten sus empresas aquí, en Ceuta, que vengan trabajadores, y todo lo que puede generar empleo aquí, es necesario que el sector de la hostelería acompañe a este nuevo modelo y, a su vez, también se desarrolle si es que queremos también ser una ciudad que atienda estas necesidades de ocio que se van a demandar”, concluyó Mollinedo, convencido de que entre todos se llegará a un consenso que permita el desarrollo del sector.
“El sector de la hostelería en Ceuta es el segundo que genera más empleo y el reto no está solo en dignificarlo, también en respetarlo”, concluyo Joaquín Blanco para finalizar la mesa en torno a la problemática de las terrazas en las ciudades.
Que pesadilla el Quino este