La pastelería Vicentino está cerrada.
Este histórico local ya no forma parte del día a día de la ciudad, sumándose su clausura a la de otros establecimientos míticos, como
'La Campana'. A pesar de llevar ya varios meses con la persiana echada, responsables del local aseguran que “están trabajando para intentar reflotar el negocio, estudiando las vías más adecuadas para su supervivencia”. Destacan “el esfuerzo realizado estos cuatro año por sobrevivir”, esperando poder dar pronto buenas noticias sobre su reapertura. Fuentes del entorno del
‘Vicentino’ aseguran que lo están pasando muy mal después de haber cumplido el peor de los periodos -el de la
pandemia-, logrando sacar adelante un negocio que arrastra mucha historia asociada a Ceuta para terminar cerrando. El primer tramo del Revellín tuvo desde los años 40 dos grandes cafeterías que también operaban como restaurante y pastelería: ‘Vicentino’ y ‘La Campana’ cuyas persianas no volverán a levantarse.
Fundado por Fermín Hoyos
El ‘Vicentino’ fue fundado por Fermín Hoyos, y en su origen tenía dos partes, la zona que hoy ocupa Orange con cafetería, pastelería y restaurante, y la de abajo, en donde se celebraban bodas y cumpleaños.
Posteriormente se vendió a una empresa integrada por varios empresarios abriéndose a la actual ubicación de Alférez Baytón hasta que finalmente quedó en manos de una
cooperativa de empleados para terminar a los que lo regentaban en la actualidad, una familia que ha luchado por mantener la tradición en este punto.
Los ricos pasteles del ‘Vicentino’
Los pasteles del ‘Vicentino’ eran, como los de ‘La Campana’, tradición en Ceuta creándose un hueco en la sociedad que forma además parte de la nostalgia de los caballas por sus recuerdos asociados a estos puntos más dulceros de nuestra ciudad. En el centro todavía queda operativa con mucha historia la pastelería ‘La Africana’, en plena calle Real. Sin embargo, los responsables del 'Vicentino' continuarán buscando las vías para que el negocio pueda recuperarse y no sea un cierre definitivo. En muchos de
estos cierres influye la reducción del comercio turístico marroquí que además era un buen consumidor de dulces así como de otros productos encontrados con gran calidad en nuestra ciudad.