Empiezo este escrito, diciendo que, por desgracia, nuestro alrededor se degrada por momentos. No es más que destrucción, lenta y dolorosa, pero perceptible a nuestros ojos, a los de los pensadores natos, esos pocos que nos caracterizamos por ver el mundo más allá de un simple y egoísta "Yo", cerrando puertas a todo tipo de realidad externa. Expreso toda mi insatisfacción en estas letras, palabras y más que, para mí no quedan ahí, para mí, van a otra importancia, más de la que este sistema le brinda diariamente, aun habiendo mil desgracias, mil desconfianzas, donde todo se reduce a cero, su ignorancia lo soporta; y digo suya porque no me incluyo, me importan las cosas que pasan, desde lo grande e inmenso, hasta lo pequeño e insignificante, soy una persona muy sentida, y nadie, jamás me quitará eso por mucho que me hagan. Pienso que esta sociedad debe cambiar, no por un bien personal mío, sino de todos, no encasillarnos en faltas de moral severas o leves que no lleven a nada, como las faltas de conocimiento propio o social, donde, si desconocen comentan y si conocen más aún. Todo esto está descontrolado y nadie hace nada. Podemos hablar de casos de gran rango social relacionados con esto pero ¿quién soy yo para decir nada externo sobre lo que no conozco a la perfección? Hablo desde mi sentido y sentimientos, algo pequeño, a lo que la gente parece no estar acostumbrada, pero nunca he sido de gentes, no lo voy a ser ahora tampoco. Esa hipocresía que la gente vive y expresa, ¿eso no duele? ¿no sentimos ya? ¿somos simples humanos? A estas cuestiones que yo mismo lanzo, digo que no, a todas. Da igual que seamos humanos, mas no podemos ser de otra raza, pues seguro que si la hubiera la preferiría mil veces. Pero lo que nos hace sentir no es el hecho de ser humanos, sino el hecho de ser personas, pero claro, ¿qué vas a esperar de un mundo gobernado por solo humanos? Es un hecho que nuestro mundo es una inmoralidad, junto con todo lo que con él se adjunta: Trabajadores, gobernantes, sirvientes… Y debería de cambiarse.