Isabel Morato Rojas ha comenzado a recoger los frutos de horas y horas de estudio e investigación, las que ha tenido que invertir durante varios años hasta asentar los cimientos de la tesis en Química por la que acaba de convertirse en doctora cum laude por la Universidad de Málaga (UMA).
Defendió su trabajo, bautizado como Síntesis de hidracidas e hidrazonas. Estudio fotoquímico y aplicación a sistemas dendrímeros, el pasado 4 de abril ante un tribunal que, tras su exposición, concluyó que merecía la máxima distinción a la que podía optar.
Nacida en Ceuta, Isabel se licenció en 2007 y fue entonces cuando decidió zambullirse en el mundo de la investigación bajo la supervisión del Departamento de Química Orgánica de la UMA. Ese objetivo es el que le ha mantenido ocupada desde 2008, un buen puñado de años en los que ha batallado con “síntesis de compuestos orgánicos”, “capacidad de actividad fotoquímica” o “catones”, solo una muestra de una interminable lista de vocablos indescifrables para los no iniciados en los que ella se maneja como pez en el agua. “Es un campo novedoso, y sobre todo con una gran aplicabilidad. Se puede aprovechar”, asegura convencida. Entre sus principales utilidades destaca el campo de la Farmacia: “Un dentrímero es una estructura ramificada que el cuerpo puede reconocer. Con la aplicación de la luz, cambia de posición. Así,podría albergar fármacos y liberarlos luego en un punto específico”.
Esa conclusión, una de las bases de su tesis doctoral, es tan solo un punto de partida que, asegura, podría ser el origen de futuras investigaciones. “Queda aún mucho trabajo por hacer, porque en una tesis tampoco da tiempo a profundizar en todo. Ese estudio inicial que ya está hecho ahora se podría optimizar”, asegura. Sin embargo, asume que el momento para continuar volcada en las indagaciones no es el más apropiado, sobre todo por los continuos tijeretazos que el Gobierno central ha aplicado a las partidas presupuestarias. “El sector está fatal. Se piden muchos proyectos, pero luego ofrecen muy poco o nada a cambio”, lamenta al analizar sus perspectivas de futuro.
Quizás, asume, su futuro esté más allá de España. Si finalmente el mercado laboral no le hace un hueco, puede que se vea obligada a continuar su carrera en el extranjero, siguiendo los pasos que ya han emprendido miles de titulados hastiados de la escasez de oportunidades. También baraja la posibilidad de opositar al Cuerpo de Profesores de Educación Secundaria o cursar el QIR, la versión del MIR médico aplicado a la Química. A su favor también juega la mención internacional de que goza su tesis tras defenderla en parte en inglés. También una estancia de tres meses en Burdeos. Talento cum laude que ahora intenta encontrar su rentabilidad práctica.