La Primitiva Hermandad de los Nazarenos del Sagrado Descendimiento, Santa Cruz en Jerusalén, Santísimo Cristo del Buen Fin en su traslado al Sepulcro y María Santísima de la Concepción de Ceuta ha renovado su fe una vez más en compañía de sus devotos. A las 00:05 horas, puntuales, se han abierto las puertas del Oratorio de la Santa Cruz en la que esperaban los ceutíes ansiosos por recuperar una Hermandad querida por todos. Era importante retomar las tradiciones por el arraigo que suponen, y porque es un paso más hacia la normalidad, esa que nos quitó la pandemia del coronavirus en marzo de 2020.
Eso sí, la pandemia sigue dando sus últimos coletazos y ha hecho que la Hermandad saliera en parihuela. Aunque un recorrido así no ha desmerecido en absoluto a las imágenes ya que se han paseado por las calles ceutíes con gracia y delicadeza, como lo hacen siempre, y con el silencio que engrandece aún más a esta Cofradía. Es un momento irrepetible de la Semana Mayor ceutí, que siempre tiene que proseguir con la fuerza necesaria para no perder nuestras costumbres. Su salida, como siempre, ha sido uno de los momentos más especiales.
Por motivos sanitarios y como ya ha ocurrido con otras hermandades, la Cofradía decidió realizar el cortejo en el callejón de la Plaza de Santa Cruz. La puerta principal solo estuvo para el conjunto escultórico del Misterio en parihuela y las insignias con sus acompañantes.
El silencio ha reinado durante todo el trayecto como merece la Hermandad y se han vivido momentos de mucha emoción, pero sobre todo de mucha reflexión. En definitiva otro día grande que se cierra en la Semana Santa ceutí donde todas las Cofradías están realizando un trabajo increíble, ya que se llegaba de años de parones por culpa de la pandemia del coronavirus.