En Cuba la mayoría de la población era española o de origen español razón por la que el bolero de nuestro país también habría recalado, de alguna manera, en la isla. Con el tiempo se produciría una simbiosis con los ritmos e instrumentos que utilizaban las etnias africanas y fue evolucionando hacia un compás más cadencioso con su acompañamiento de guitarras y elementos de percusión. Su origen temporal se estima que surgió hacia 1840 y sí está contrastado que el primer bolero de que se tiene constancia fue compuesto por el sastre mulato José Vivancos Sánchez “Pepe”, en Santiago de Cuba, en 1883. Lo tituló Tristezas y recoge un canto lastimero de amor imposible. Hay que citar a María Teresa Vera como la primera mujer que interpretó boleros en Cuba. De origen humilde, inició precozmente su carrera musical debutando cuando solo contaba 16 años, en 1911, en una actuación interpretando el bolero Mercedes, con su autor Manuel Corona.
La RAE lo define, en una de sus acepciones, como canción de ritmo lento, bailable, originaria de Cuba, muy popular en el Caribe y letras melancólicas. Aunque comparte la misma denominación que la danza española del siglo XVIII son muy diferentes. El bolero español se ejecutaba en compás de 3/4 y el cubano seguía un ritmo 4/4. El género cubano mantiene todos los acordes con un bajo principal o tónica acompañados por un bajo secundario que tienen que estar tres tonos y medio de su nota fundamental en lo que se llama quinta justa. En el tercer grado de la tónica del acorde, existe otro bajo denominado auxiliar o complementario. Excepcionalmente, con limitaciones, pueden incluirse unos bajos diatónicos o cromáticos no pertenecientes al acorde.
La nueva variedad musical, que contenía un fondo romántico y basada en textos de poetas modernistas, fue evolucionando entre 1890 y 1920, siendo interpretada en serenatas, muy aceptada por el pueblo y se extendió a todas las clases sociales con gran difusión en La Habana. Por la cercanía geográfica y por el prestigio musical de Cuba ̶–al igual que otros géneros musicales̶– el bolero emigró a tierras mexicanas fundamentalmente a la península de Yucatán y a Veracruz. Hacia 1898 puede decirse que el bolero arribó a su patria adoptiva México ganando presencia el estilo yucateco y fue madurando hasta 1925. En sus inicios era un género propio de cantinas y tugurios, todavía alejado de las clases altas.
El bolero cubano se extendió también por todos los países de la cuenca caribeña, en las décadas de los veinte y los treinta, fusionándose con otros géneros y dando lugar a los llamados subgéneros: bolero rítmico, bolero mambo, bolero chachachá, bolero ranchero, bolero son, bolero moruno e incluso la bachata.
En su evolución interpretativa la primera manifestación se inició basándose de los tríos de guitarra. En los años veinte se empezaron a incorporar orquestaciones tropicales, le siguieron las agrupaciones de estilo big band y se culminó dando al acompañamiento un refinamiento musical enriquecedor a través de orquestas sinfónicas.
El bolero constituyó, durante la primera mitad del siglo XX, un fenómeno social de amplia difusión apoyada fundamentalmente en las emisiones radiofónicas, la plasmación discográfica, la televisión e incluso por su introducción en la cinematografía. Hay quienes argumentan que los regímenes militares –tan en boga en Centro y Sudamérica– contribuyeron a su difusión ya que ofrecían al pueblo este atractivo musical para tenerlo distraído. Del 40 al 60 fue, sin duda, la época de oro del bolero. Sin embargo, a partir de los años 60 los gustos musicales de la población empezaron a decantarse por otros géneros y el bolero empezó a decaer aunque ciertamente no desapareció. Posiblemente, también sirvió como inspiración a las baladas y otros tipos de canciones románticas. Con el final de siglo XX y principios del XXI parece ser que las interpretaciones de tradicionales cantantes y la aparición de nuevos intérpretes han revitalizado, de alguna manera, la apreciación del bolero.
"El bolero se difundió por Hispanoamérica y en los diversos países del área surgieron compositores y cantantes que dieron variedad y realce al género del bolero"
Sin duda alguna fue Cuba la madre del bolero y de ella salieron innumerables compositores e intérpretes. No es posible recoger en este trabajo la ingente cantidad de cantantes y boleros que han enriquecido el patrimonio cultural y sentimental de la humanidad. Al igual que cuando me refiera a otros países, solo podré citar aquellos que me parezcan más significativos, algunos de los más emblemáticos títulos o los de mi preferencia personal.
En la isla de Cuba, aparte de los ya citados el pionero José “Pepe” Sánchez y María Teresa Vera con sus 20 años no son nada, al parecer compuesto por Guillermina Aramburu, tienen especial presencia Ernesto Lecuona, Estás en mi corazón y Siboney; Miguel Matamoros y sus Lágrimas negras; César del Portillo de la Luz Contigo en la distancia; el pinareño Pedro Junco que se despidió de la vida y de su amor con Nosotros ; Isolina Carrillo con su sentimental Dos Gardenias; Gonzalo Roig Quiéreme mucho; Barbarito Díaz, Bajo un palmar, de Pedro Flores; Ignacio Villa “Bola de Nieve” Si me pudieras querer; Xiomara Alfaro intérprete de Siboney, Muñequita linda o Te quiero dijiste; Benny More “El bárbaro del ritmo” Como fue; Rolando Lasseria Sabor a mí del mexicano Alvaro Carrillo o Llévatela ; Olga Guillot Miénteme; Blanca Rosa Gil Si Dios me quita la vida y Sombras; La Lupe Qué te pedí o Puro teatro de Tite Curet; Celia Cruz Te busco o Espérame en el cielo; Gloria Stefan Con los años que me quedan ; Omara Portuondo Tu me acostumbraste de Frank Domínguez; José Antonio Méndez La gloria eres tú; o Ibrahim Ferrer Dos almas.
No pueden olvidarse en Cuba, conjuntos de gran éxito como la Orquesta Camino de la Playa, Sonora Matancera, Orquesta Aragón y la Lecuona Cuban Boy´s.
Aunque existe controversia sobre cuál fue el primer bolero mexicano, parece ser que el que merece esta distinción es Madrigal, con música de Enrique Galaz y letra de Carlos R. Menéndez, en 1918. Precisamente en el homenaje a su centenario en 2018, fue interpretado por Rodrigo de la Cadena. Se había considerado tradicionalmente que el primer bolero fue Morenita mía del maestro Villarreal, de 1921, que ciertamente fue el primero con una difusión nacional. También se ha atribuido la primicia al bolero Presentimiento, de 1924, interpretado por Guty Cárdenas, aunque es también es cierto que tuvo una gran difusión internacional al haberse grabado en Nueva York en 1948.
El bolero en México tuvo el mayor impulso y realce con la figura de Agustín Lara que le dio un toque más sensual −quizá reflejo de su aventurera vida amorosa− describiendo desde el amor más intenso al despecho. Fue sin duda el más prolífico autor de boleros en la nación mexicana. Por citar solo algunas de sus obras: Solamente una vez, Noche de ronda, Mujer, Arráncame la vida, María bonita, Cuando vuelvas, Pecadora o Piensa en mí.
Ocupa un destacado lugar en la producción bolerística Rafael Hernández Marín “El Jibarito” que, aunque nació en Puerto Rico, residió algún tiempo en México y fue el compositor de No me quieras tanto y Lamento borincano. Sin duda, Juan Arbizu fue uno de los pioneros del bolero en México y es magnífica su interpretación de Perfidia, de Domínguez Borrás. Alvaro Carrillo tiene en su haber, boleros como Sabor a mi o Se te olvida. María Grever nos dejó Cuando vuelva a tu lado, Te quiero dijiste y Júrame.
Consuelito Velázquez compuso Bésame mucho a los 16 años, interpretado por innumerables y afamados artistas. Nat King Cole hizo la primera versión en inglés e incluso los Beatles se atrevieron con ella. También son obras suyas Verdad amarga y Que seas feliz. Oswaldo Farrés fue el destacado autor de Toda una vida, también de Acércate más, Tres palabras y Quizás, quizás, quizás. Gabriel Ruiz compuso la música del bolero Usted, con letra de José Antonio Zorrilla y otros boleros. Los muy difundidos boleros Reloj, La barca, Regálame esta noche, El triste o Soy lo prohibido son creaciones de Roberto Cantoral. Gonzalo Curiel hizo famosa su Vereda Tropical. Luis Demetrio compuso entre otros Si Dios me quita la vida. Alfonso Esparza Oteo fue el autor de Déjame llorar, Un viejo amor, Te he de querer y sobre todo conocido por la difundida Rondalla.
Armando Manzanero ocupa el primerísimo lugar como compositor e intérprete de canciones románticas, entre el bolero y la balada: Adoro, Esta tarde vi llover, Somos novios, Contigo aprendí o Voy a apagar la luz.
En la época gloriosa del bolero interpretaron el género, importantes artistas como José Mojica, Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y las protagonistas femeninas Elvira Ríos y María Luisa Landín. En época reciente, con el renacimiento del bolero, están recreando muchos de los tradicionales Marco Antonio Muñiz, Luis Miguel, Alejandro Fernández, Ana Gabriel, Paquita la del Barrio, Chavela Vargas o José José.
Los tríos en México tuvieron mucho protagonismo en el bolero y son destacables Los Tres Caballeros, El Trío Calaveras o Los Tres Diamantes. Entre las orquestas, señalados éxitos de Son Marabú, de Agustín Lara, la Orquesta de Luis Alcaraz, la Orquesta de Pablo Beltrán o la Sonora Santanera.
Sin lugar a dudas, como representantes de la interpretación de boleros, ocupa lugar preeminente el Trio Los Panchos. Compuesto inicialmente por dos mexicanos Gil y Navarro y el puertorriqueño Avilés, debutaron en 1944 en Nueva York y en su primer disco incluyeron el bolero Hasta mañana que les abrió la popularidad en este género musical. Durante sus casi 50 años de actuaciones ha sufrido modificación de sus componentes, aunque conservando su estilo y dejando más de un millar de canciones. No es posible reproducir todos sus títulos, pero son inolvidables. Si tú me dices ven, Se te olvida, Lo dudo, Rayito de luna, Sin ti, Contigo, No me quieras tanto, La hiedra o Nosotros.
El bolero se difundió por Hispanoamérica y en los diversos países del área surgieron compositores y cantantes que dieron variedad y realce al género del bolero. Por citar algunos de los boleristas: en Argentina Mario Clavell, compuso Somos y Abrázame así; Francisco Lomuto dio música al tango Sombras nada más de José María Contursi que posteriormente alcanzó celebridad –con arreglo de bolero– de Javier Solís. Leo Marini, Alberto Cortez En un rincón del alma o A partir de mañana. En Ecuador el compositor Carlos Brito musicalizó el poema Cuando tú te hayas ido de la mexicana Rosario Sonsoles inicialmente como pasillo −género de origen europeo adaptación del vals austriaco− que tituló Sombras y que se ha internacionalizado en su versión bolero. Julio Jaramillo es quizá el más afamado intérprete ecuatoriano de boleros.
En Puerto Rico, Pedro Flores aportó ilustres composiciones como Perdón, Amor, Despedida, Obsesión o Bajo un palmar que interpretaron Daniel Santos y Charlie Figueroa. Bobby Capó, fue el creador de Piel Canela. José Feliciano que rindió homenaje al género con su Señor bolero y Danny Rivera son señeros puertorriqueños.
En Colombia destacó Carlos Julio Ramírez. En Santo Domingo, Alberto Beltrán, Elenita Santos y Juan Luís Guerra. En Costa Rica, Ray Tico; en Panamá Carlos Eleta Almarán Historia de un amor y en Venezuela Lorenzo Herrera, Estelita del Llano, Oscar de León y José Luís Rodríguez “El Puma”.
En Chile el primer intérprete fue Osvaldo Gómez “El Indio Araucano” pero Lucho Gatica es, sin duda, el artista más influyente y difusor del género, llevando con razón el calificativo de “Rey del Bolero”. En Brasil Nelson Ned, Caetano Veloso, Aldemar Dutra, Miltinho, Simone y Roberto Carlos son intérpretes de boleros.
En EEUU también arribó el bolero y ha sido interpretado por Andy Rusell, Xavier Cugat, Mario Lanza, Frank Sinatra, Dean Martin, Elvis Presley, Bing Crosby, Doris Day, Nat King Cole y Perry Como entre otros.
Numerosos artistas han interpretado en España boleros tradicionales y las aportaciones recientes. Sin carácter exhaustivo, merece la pena reseñar figuras como: Bonet de San Pedro, José Guardiola, Gloria Lasso, Juanito Segarra, Jorge Sepúlveda, Moncho, María Dolores Pradera, Plácido Domingo, Raphael, Rocío Jurado, Julio Iglesias, Lola Flores, Nati Mistral, Sabina, Isabel Pantoja o Rocío Dúrcal. El cubano Antonio Machín fue posiblemente quien introdujo el gusto por el bolero en nuestro país en 1939 a través de su éxito Angelitos negros, con música del mexicano Manuel Alvarez Rentería “Maciste”. Son reseñables sus interpretaciones de Dos Gardenias, de Isolina Carrillo o Dos cruces de Carmelo Larrea. Por gusto personal me permito incluir a Ana Belén y Víctor Manuel No sé por qué te quiero y la impresionante interpretación de Piensa en mí, de Agustín Lara, por Luz Casal.
Compositores españoles han aportado significativos y bellos boleros: Carmelo Larrea con Dos cruces, Camino verde o Puente de piedra; Manuel Palos Acuña Inolvidable y Te sigo esperando; Los hermanos García Segura Un compromiso o Envidia; Jacobo Morcillo María Dolores; Luis Araque Ya sé que tienes novio o A escondidas; Genaro Monreal Cariño verdad ; Francisco García Morcillo Viajera ; Augusto Algueró Gracias o Acompáñame y el prolífico, en cantidad y calidad, Manuel Alejandro aunque más orientado hacia la balada.
Se suele asumir que el bolero ha sido el único género que se ha mantenido vigente durante muchos años frente a otros géneros y que tal vez es indestructible, a pesar de sus épocas de crisis y de las modificaciones e influencias que ha sufrido a lo largo de su historia. Ciertamente en la época actual – regida por el dinamismo y las prisas– el ritmo lento y pausado del bolero puede ser que no tenga mucha aceptación. Sin embargo, autores e intérpretes actuales están imprimiendo a sus composiciones una inspiración en el bolero. Algunos suelen dar también a las interpretaciones de los tradicionales unos toques modernos que, a mi juicio y el de muchos críticos, no todos son del agrado. De todas maneras, si ello contribuye a que el bolero siga siendo conocido por los jóvenes y asegure su pervivencia, bienvenidos sean.
A este respecto he intentado reunir los más significativos representantes de esta nueva contemporánea ola bolerística. La pareja mexicana Mía Rubín y su padre Erik, dan a su Amor maldito un estilo de bolero trap. El también mexicano Mario Bautista, con León Leiden, se orientan al bolero pop con su tema Perdón, así como su compatriota Daniel Zepeda autor de Lo hice, te dejé. Natalia Lafourcade es otra reconocida cantante de bolero en el país azteca que interpreta Soledad y el Mar.
En Argentina está destacando Yami Safdie con su canción El Bolero y música de Milo J. Se atrevieron Gabriel Julio Fernández Capello, conocido como Vicentico y su esposa Valeria Bertuccelli con No te apartes de mí, de Roberto Carlos.
En nuestro país Rosalía y el puertorriqueño Rauw Alejandro compusieron e interpretaron el bolero trap Promesa, cuyos acordes menores infunden un tono más triste. La ibicenca Angela Cervantes da un toque jazzístico a su bolero Camino de Santa Clara y el malagueño Antonio Mellado “Zenet” interpreta un valorable Soñar contigo. La joven catalana Rita Payés, forjada como trombonista, en la bossa nova y el jazz, compuso un bello bolero No me vas a comprender y con su madre Elisabeth Roma a la guitarra interpretaron Eu seu que vou te amar de Vinicius de Moraes.
Entre los venezolanos, Andrés Vicente Lazo Uslar, conocido como Lasso, es un cantante romántico e interpreta Ojos marrones. Ricardo Montaner, venezolano, aunque nacido en Buenos Aires, junto con el mexicano Carlos Rivera presentaron recientemente su bolero ranchera Ya no fumo. José y el Toro interpreta Reloj ingrato.
En Colombia tienen su lugar el grupo Monsieur Periné que experimenta con el bolero en su Encanto tropical. Andrés Cepeda y Gusi se inclinaron por un bolero chachacha como Duele. Charlie Zaa interpreta Odiame del peruano Rafael Otero y Fatalidad de Julio Jaramillo.
La costarricense Debi Nova da un toque experimental en su Un bolero para Lola. El puertorriqueño MykeTowers se ha curtido en el rap y últimamente está utilizando el freestyle, a base de una improvisación de versos. Coquetea con algunos rasgos rítmicos del bolero, en su disco La vida es una.
Resulta positivo que la importancia y el interés por el bolero lleve a que incluso artistas líricos lo incorporen a su repertorio. Es el caso de la soprano mexicana Elena Rivera que acompañada a la guitarra por el cubano Joaquín Clerch grabaron en 2022 −en una iglesia para conseguir las óptimas condiciones sonoras− su disco Palabras que recoge once boleros clásicos.
Sin duda alguna el bolero ha sabido recoger los sentimientos y millones de personas han vivido inolvidables momentos escuchando su música y su letra. Ha plasmado multitud de emociones del ser humano: el amor, la belleza o la nostalgia, pero también el dolor, los celos o el desamor. Por eso muchos de los boleros son identificados con las propias vivencias personales como algo íntimo y de ahí el éxito y la permanencia de este, a mi juicio, indestructible género musical.
Loable fue la idea de presentar conjuntamente a la UNESCO, en marzo de 2022 – el Ministerio de Cultura de Cuba y la Secretaria de Cultura del Gobierno de México– el expediente “Bolero: identidad, emoción y poesía hechas canción”. En México ya había sido inscrito en 2018 como patrimonio cultural inmaterial de la nación y Cuba hizo lo propio para su país en 2021. Incluso el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ha proclamado recientemente, que todos los 25 de agosto de cada año sea el Día del Bolero en la capital mexicana.
Valorando la propuesta presentada, el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, en su 18ª sesión celebrada en Kasane, Botsuana en diciembre del 2023, aprobó la inscripción de la práctica cultural del Bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la humanidad, reconociendo sus valores culturales y emocionales, lo que supone un instrumento más para la salvaguarda del entrañable género. Enhorabuena.
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