El próximo 9 de marzo está prevista una merienda solidaria en el Hotel Ulises. Servirá para recaudar fondos para la construcción de dos aulas en las que impartir clases a los niños del Chad, en concreto de Bitkine. Quienes puedan o quieran ir físicamente no tienen más que comprar su entrada; quienes no, disponen de una fila cero que es la vía más apañada para poder contribuir cuando la agenda no permite estar ahí.
No es tan difícil ni complicado echar una mano a quien lo necesita. Podemos pensar que con este respaldo no conseguimos nada, pero la vida está hecha precisamente de pasos cortos que terminan llevándonos a la meta.
Cuando de lo que se trata es de construir aulas para dar clases una piensa en lo que tenemos aquí y en lo que desperdiciamos. Mientras nuestros hijos se hacen los remolones por acudir al colegio o al instituto, otros niños darían lo que fuera por tener profesores y espacios simplemente para que les enseñen y les formen. La abundancia de un lugar y la carestía que se tiene en otro son el reflejo de este mundo tan desequilibrado y a la vez tan injusto que nos hemos formado.
Hay niños que si pudieran tener su día a día normalizado en el curso escolar podrían aprender para tener opciones en la vida, para optar a un trabajo distinto, para formar la base del futuro próspero de su país. África, tan rica, está pisoteada y hundida en manos de quienes se la apropiaron para su interés.
Con la colaboración en esta merienda solidaria apoyada por la asociación Entretejiendo y con el sello de los misioneros javerianos podremos copar esa parte de la satisfacción personal que da el saber que con un simple gesto en otro lugar se logran metas y, sobre todo, se construye una base firme para un mundo cuya balanza no esté tan exageradamente torcida.