La alerta dada por varios marroquíes al desaparecer un familiar en el mar, cuando cruzaba a Ceuta, ha derivado en la puesta en marcha de un dispositivo de búsqueda en la zona del Tarajal. La llamada de auxilio ha sido canalizada a través del 112, efectuada por unos ciudadanos marroquíes que denunciaban la desaparición de un varón, de algo más de 40 años, que había cruzado desde Castillejos a la ciudad enfundado en traje de neopreno. Desde su salida, entre el jueves y viernes, no han recibido noticias.
Ha sido activada la Atria de Salvamento Marítimo así como una unidad de la Cruz Roja del Mar (LC Hipatia 1) pero hasta el momento no se ha encontrado rastro alguno. Sí que por la zona había dos chalecos, pero se descarta ese indicio porque los familiares han insistido en que el desaparecido cruzó solo en traje de neopreno. Por las proximidades del espigón del Tarajal y la zona de la Almadraba se han centrado las labores de búsqueda. En ese punto también se encontraba la Guardia Civil.
Las entradas de marroquíes intentando sortear los espigones de Tarajal y Benzú siguen produciéndose. En ocasiones esas personas que se despiden de sus seres queridos no llaman confirmando que cruzaron, lo que hace temer lo peor. En este caso, el desaparecido cruzó a Ceuta pero ni ha llamado ni tampoco se encuentra en las naves del Tarajal, a donde son trasladadas las personas interceptadas por las fuerzas de seguridad.
Se acumulan los casos de desaparecidos de los que nunca más se sabe, que forman parte de esa lista olvidada por muchos de adultos o menores que cruzaron por mar y de los que nunca más se supo. Hay algunos casos de enterrados sin identidad, pero en la mayoría ha podido darse con los nombres y apellidos de quienes terminaron falleciendo bordeando la frontera.
En las próximas horas se continuará con las labores de búsqueda por la zona próxima al Tarajal, que es donde se pierde el rumbo de este varón. Con la noche las labores de localización son más complicadas.
Las noticias de pérdidas de personas son constantes sobre todo acrecentadas tras el cierre de la frontera, ordenado en prevención de contagios del coronavirus en marzo de 2020. Esa imposibilidad de cruce llevó a que muchos marroquíes intentaran bordear los espigones para no solo buscar un mero pase migratorio sino, en otros casos, intentar trabajar en Ceuta al tratarse de antiguos transfronterizos con labores aquí.