La Audiencia Nacional mantiene en prisión provisional a la amplia mayoría de los detenidos en la Operación Hades. Esta semana se han notificado varios autos negando el levantamiento de las medidas cautelares privativas de libertad para arrestados en este operativo desarrollado en Ceuta y en puntos del sur peninsular por Asuntos Internos de la Guardia Civil, con apoyo de la UCO y el CRAIN.
Existen indicios de la relación de todos ellos con una investigación que apunta a la existencia de dos grandes entramados dedicados al tráfico de drogas que tenían en común la disposición de una cobertura de seguridad integrada por guardias civiles y aduaneros marroquíes.
Las dos redes, una la hispalense y otra la ceutí, relacionada con el diputado Mohamed Alí Duas y varios de sus familiares, compartían la misma protección que presuntamente aportaban esos agentes que debían haber vetado el tráfico de drogas, pero que, a juicio de los investigadores, hicieron lo contrario.
Así se desprende en el sumario cuyo secreto se levantaba a finales del pasado mayo y cuyo contenido, en diferentes artículos, fue adelantado por El Faro.
Indicios y negativas de libertad
Las dos organizaciones trabajaban por separado en el traslado de grandes cantidades de hachís a la Península ocultas en vehículos pesados, pero compartían, aun sin saberlo, la ‘compra’ de algunos agentes.
Los delitos que están bajo investigación son el tráfico de drogas cometido a través de una organización criminal, cohecho y revelación de secretos.
La Audiencia Nacional únicamente ha dejado en libertad con fianza hasta la fecha a unos pocos de los arrestados en las diferentes fases de una investigación que no está cerrada, que tuvo su etapa estelar entre enero y febrero de este año, y sobre la que todavía quedan asuntos por conocer.
Sobre la mesa existen esas dos organizaciones con una sólida infraestructura en Marruecos que les permitía meter hachís en Ceuta para su posterior traslado a la Península. No solo contaban con la connivencia de guardias civiles en el puerto, sino también con la de turnos de aduaneros sobornados en la frontera, punto por donde pasaban vehículos con hachís sin ser interceptados.
El Tarajal era puerta de entrada de la droga como también lo fue el narcotúnel descubierto por la Guardia Civil y que estuvo operando varios años dentro de una nave ahora clausurada. Su responsable sigue fugado de la acción judicial.
Informaciones que llegan a Asuntos Internos
Asuntos Internos llegó a esta investigación tras recibir informaciones de la existencia de una estructura en Marruecos que favorecía la entrada de hachís pasando por la puerta de Ceuta. En el caso de la Guardia Civil las sospechas se centraron en componentes de la Compañía Fiscal y de Fronteras además de la UDAIFF.
Dos guardias fueron los detenidos; otros dos, investigados no detenidos, pero en la operación se ha colocado el foco en muchos más, analizando gestiones, movimientos, contactos y ubicaciones que no han fructificado en más arrestos y posteriores encarcelamientos, pero sí han causado sospechas.
El puerto de Ceuta, uno de los principales en la conexión entre ambas orillas, permitía enlaces diarios con Algeciras que eran necesarios para las organizaciones criminales que encontraron así una vía para las constantes travesías de toneladas de hachís.
Rama hispalense
El entramado, conocido como la rama hispalense, se nutría de camiones y remolques preparados en una nave de Mairena del Alcor. Sobre este entramado se comenzó a sospechar tras la detención de un camionero de Ceuta en junio de 2023 con hachís en un vehículo pesado al que se le había preparado un doble fondo en Sevilla, en varias naves que servían para tal fin.
En abril de ese año, un mes antes de ese decomiso, Asuntos Internos ya estaba detrás del movimiento de vehículos pesados trucados para ese fin delictivo.
El día de la detención, el semirremolque entró en el buque Festivo cargado de droga y salió del puerto de Algeciras por el control sur, aprovechando que se encontraba en obras por lo que no funcionaban las cámaras de seguridad. Un detalle que la red conocía gracias a la información dada por el entramado criminal del que formaban parte los guardias civiles. Portaba casi 2 toneladas de droga.
Los presuntos integrantes de esta red fueron detenidos en febrero de este año y se constató que habían empleado el narcotúnel, además de contar con apoyos de una amplia red de agentes.
Rama de Ceuta
El grupo relacionado con el diputado y funcionario de prisiones Mohamed Alí Duas tenía capacidad para mover droga, pero le faltaba la infraestructura. Esa necesidad la aprovechó Asuntos Internos que, con agentes infiltrados, pudo verificar la relación de estas personas con el pase de drogas.
La cobertura de seguridad fue descubierta por estos agentes encubiertos mediante seguimientos, escuchas y la famosa prueba hecha con un billete de 20 dirhams con la que pudieron comprobar que este grupo disponía de una cobertura de seguridad dispensada por agentes de la Guardia Civil.
Algunos de esos efectivos del Instituto Armado tienen conexión con estos dos grupos.
La cadena de detenciones se produjo a finales de enero, con arrestos, registros, decomisos y el hallazgo del narcotúnel.
Hasta la fecha se conoce la parte de la investigación que se ha querido que se sepa, pero no el alcance de una de las operaciones más importantes enmarcada en el tráfico de drogas realizada por la Guardia Civil que, de hecho, va a terminar protagonizando una película.
Medidas judiciales
La Audiencia Nacional se mantiene ajena al cine, a los reportajes y a las cuantiosas crónicas publicadas hasta la fecha.
Opta por mantener privados de libertad a buena parte de los arrestados, mientras que los investigadores continúan avanzando con la meta de llegar hasta el final de una Operación Hades que sigue dejando interrogantes en Ceuta, pero también en Marruecos.
Del país vecino no ha trascendido información oficial, pero sí se conoce que el hallazgo del narcotúnel ha tenido sus consecuencias en forma de ceses tras provocar un escándalo en sus principales estructuras de seguridad.